viernes, 10 de febrero de 2017

HACER PELLAS (O LA RABONA, QUE ES LO MISMO)

Carlos A. Trevisi

Suena el móvil. Mi amiga atiende.
Era del colegio al que asiste su hijo de 17 años. Le avisaban por un mensaje que el jovencito no había asistido  clase. La madre se preocupa: "¿Dónde habrá ido éste mocoso?".
-Está haceiendo la rabona, contesto. 
-¿Cómo puede ser?, responde intrigada.
-Tendría algo más importnte que hacer, replico; algo que no tendrías que saber que haría.
-Suerte que el colegio me ha avisado...
-Te parece bien que avisen, por lo visto.

Guarda silencio.

-A mi no.
-¿A ti no te interesaría saberlo?
-Sí, pero de su propia boca.

-El procedimiento que ha seguido el instituto no corresponde. Primero porque te ha hecho saber que no ha ido al cole pero no sabe por dónde anda; solo te ha creado incertidumbre y  ha dejado a salvo por ante tí que se ocupa de los alumnos y que está atento cuando no asisten a clase. Eso es todo.¿De qué te ha servido a ti enterarte? ¿Habrías acso ido a la policía para darlo por desaparecido? Seguramente te habrías quedado en casa preocupada a la espera de que apareciera  a la hora habitual de comer. Le reprocharías lo hecho, te enojarías, le dirías a tu marido, le quitarías el móvil, le prohibirías salir el fin de semana y no sé cuántas cosas más.


Mira lo que haría yo. 

Al día siguiente iría al colegio; le agradecería a la autoridades que me hubieran comunicado la ausencia de mi hijo del día anterior y le pediría al rector que hablara con él y le preguntara porqué no habia asistido a clase; le pediría que no le hiciera saber que yo había estado en el cole y le dijera que no había hablado conmigo; le pediría igualmente que me enviara, ahora sí, un mensaje haciéndome saber que había faltado a la escuela y los motivos que le había dado. 
El resto se conversaría en casa, en familia.

Si pese a todo este operativo tu hijo no se sincera contigo busca un colegio para padres donde descubrir 

1. 
que se educa en satisfacción de la plenitud de las potencias que animan al hombre. Esto es, ponerlo en actitud creadora. Y la creación exige una gran armonía de la que no puede estar ausente la integralidad del hombre: su afecto, su inteligencia, su voluntad y su libertad. 
 Hoy es más importante que nunca la formación de los individuos; una formación que no puede ser cerrada, sino abierta, pues estamos cada vez más en una sociedad en la que la idea es  que el estudio nos capacite  para pensar. Ese es el tipo de educación que se hace imprescindible. Una formación abierta que no puede ser simplemente un catálogo de datos, sino el desarrollo de una capacidad de aprender. No se trata de enseñar –con lo que  por supuesto deberá continuarse- sino que es más bien aprender a aprender. Hay que aprender a desarrollar la capacidad por la cual uno busca, contrasta, discierne, descarta, elige, etc.

2. 
que en una sociedad en la que la gran mayoría son ignorantes, la influencia que tiene el peso de los ignorantes en la toma de decisiones es decisiva. El problema es la ignorancia de quienes no saben expresar sus demandas sociales a otros, que no saben participar en una argumentación...
Se debe educar para incorporar a  las personas que están alejadas del mundo del razonamiento, del mundo  de la comprensión; de las personas que están excluidas del manejo del mundo simbólico;  para incorporar a todos aquellos que  no tienen manera de entrar en ese mundo. Esa ignorancia es peligrosa porque ese tipo de personas se dejará llevar por una visión del mundo simplificada, por la búsqueda de chivos expiatorios.

3.
que toda la gente  tiene que ser  todo a la vez. Todos tenemos que optar, influir, decidir, participar en la decisión del todo...
Lo que tenemos que hacer es poner los valores en acto. Si se pudiera conseguir que los maestros nos pusiéramos en acto solidario, nada de explicar la solidaridad sino ser solidarios,  si consiguiéramos  asumir esos roles y lanzarnos a amar, a pensar, a usar de nuestra libertad, otro sería el cantar. Pero hay una ruptura entre lo que debemos hacer y lo que podemos hacer. ¿Cómo podemos hacer para que todo lo dicho se desplace por el eje del “hacer”?

Parte de una entrevista a Fernando Savater que en nombre de la Fundación Emilia María Trevisi llevé a cabo en El Monasterio de El Escorial
Nos dice D. Fernando:


 En Madrid hay unas discotecas que funcionan toda la noches del fin de semana y durante el día, de modo que un joven que entra ahí el viernes recién vuelve a casa el lunes por la mañana. Estuve en un debate en la radio acerca de lo que había que hacer. Los padres pedían que el gobierno pusiera policías en las carretera, en las esquinas en las puertas de las discotes y que tal y cual. Eran padres que no podían controlar a sus hijos pero estaban sinceramente convencidos de que el ministro del interior iba a controlar a los hijos de todos los españoles". (En San Lorenzo de El Escorial, 16 de enero de 2001)

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