martes, 29 de noviembre de 2016

EL SISTEMA FINANCIERO MUNDIAL Y SUS NÚCLEOS DE PODER

Carlos A. Trevisi
Coordinador


FUNDACIÓN EMILIA MARÍA TREVISI


Y GUADARRAMA EN MARCHA
www.guadarramaenmarcha.blogspot.com
Guadarrama, Madrid
Noviembre de 2016



Introducción

Solemos abordar los problemas que nos aquejan sin tener en cuenta las causas que los provocan. Si se planteara el desaguisado que vive España haciendo referencia a las causas que empujaran al desastre a la Argentina (que fue tomada como modelo de un proyecto que la  desgastarla al extremo de empujarla al incierto futuro que vive su gente hoy en día), se nos diría que poco tiene que ver un país con el otro.
Craso error.
Mientras España gozaba del boom de una merecida reconstrucción, Argentina, que pocos años antes le había prestado ayuda, caía en uno de los peores momentos de su historia: la inmisericordia de los militares que se habían hecho con el poder total del país. Las razones que actuaron en su contra para ser elegida como país piloto para estudiar la reacción de su población ante lo que pintaba como un cambio radical en todo el mundo no eran otras que se trataba de un país que tenía poco que envidiarle a cualquier otro del Primer Mundo: su clase media, su cultura, sus recursos –petróleo, proteínas, e insumos básicos que atendían sobradamente no solo los intereses de sus habitantes sino de otros países que apelaron a su ayuda, eran razón suficiente para que se estudiara la reacción que tendría ante lo que ya para entonces comenzaba a llamarse neocapitalismo o neoliberalismo.
En España, tan ocupados estábamos mirándonos crecer y disfrutar lo que durante años se nos había negado, que no percibimos que aquello era solo el comienzo de lo que padeceríamos más adelante, es decir, hoy día.
El modelo de desastre vino aparejado  con un proyecto que terminaría destruyendo los estados-nación en beneficio de una globalización que solo atendería intereses económico-financieros. La prueba que se llevó a cabo en Latinoamérica  al cabo de pocos años terminó con las dictaduras militares para instalar gobiernos que en algunos casos habían perdido el norte o, en otros, adhirieron definitivamente al proyecto globalizador. El caso de un sinvergüenza como el presidente Menem de Argentina  es paradigmático; sirvió más a los intereses de los grupos financieros que impulsaban la globalización que los mismos militares que lo habían precedido en el gobierno.
Los artículos que siguen hacen referencia a las razones que han impulsado a la inestabilidad y pobreza de la gente y al estrangulamiento y la quiebra de los estados-naciones.
Es importante que asumamos que es menester algo más que la protesta, que sí, pero fundamentada en principios de los que tenemos que tomar conocimiento, entre otras cosas, para ver a quién nos enfrentamos.
Carlos A. Trevisi

LA COMISIÓN TRILATERAL

Tras año y medio de intensos tanteos y reuniones preparatorias auspiciadas por el Chase Manhattan Bank, en julio de 1973 hacía su presentación oficial la Comisión Trilateral, un organismo de carácter privado que su más destacado ideólogo, Zbigniew Brzezinski, iba a definir como "el conjunto de potencias financieras e intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca".
Después de varias reuniones del Comité Ejecutivo, en las que se estableció una declaración de principios y se trazaron las líneas maestras de la organización, en mayo de 1975 tuvo lugar en la localidad japonesa de Kyoto la primera sesión plenaria de la Trilateral. Los delegados asistentes a la misma representaban en su conjunto alrededor del 65% de las firmas bancarias, comerciales e industriales más poderosas del planeta. Figuraban entre ellos los máximos dirigentes de las bancas Rothschild y Lehmann, del Chase Manhattan Bank, de las multinacionales Unilever, Shell, Exon, Fiat, Caterpillar, Coca Cola, Saint-Gobain, Gibbs, Hewlett-Packard, Cummins, Bechtel, Mitsubishi, Sumitono, Sony, Nippon Steel, etc., así como los mandatarios de varias Compañías públicas nacionalizadas de proyección multinacional. En definitiva, los mayores productores mundiales de petróleo, de acero, de automóviles y de radiotelevisión, y los principales grupos financieros del planeta estaban en manos de miembros activos de la recién creada Comisión Trilateral. Con el transcurso del tiempo y las sucesivas incorporaciones, la concentración de grandes firmas en el seno de la Comisión iría a más. Los dos temas que constituyeron el objeto central de aquel encuentro no podían llevar títulos más expresivos: "La distribución global del Poder" y "Perspectivas y asuntos claves de la Comisión Trilateral".
El organigrama de la Comisión se articula atendiendo a las tres regiones híper desarrolladas del globo para las que fue concebida, esto es, América del Norte (EEUU y Canadá), Europa y Japón. Cada una de estas tres zonas dispone de un Comité Ejecutivo que, entre otras cosas, se encarga de elaborar la relación de empresarios, políticos, sindicalistas, académicos y dirigentes de medios de comunicación considerados idóneos para su incorporación a la entidad; todos ellos constituyen la base sobre la que se levanta la estructura piramidal de la Comisión. El órgano supremo trilateralista es el Comité Directivo Mundial, presidido por David Rockefeller e integrado por los presidentes, los diputados presidentes y los directores de cada una de las tres grandes zonas en que está implantada la organización. Dado que la extensa nómina de miembros de la Comisión Trilateral ya fue expuesta en un trabajo precedente, no parece oportuno reproducirla nuevamente. Aquí bastará con significar que entre sus integrantes se encuentran indistintamente individuos adscritos tanto a la derecha como a la izquierda política, por emplear una terminología que, si bien carece de significado en lo esencial de los planteamientos de unos y otros y en la práctica de los hechos, resulta de uso obligado en el terreno de lo convencional.
Tampoco estará de más referirse a las inclinaciones pseudo esotéricas manifestadas por los promotores de esta organización, inclinaciones que han incorporado a la simbología de la misma. En efecto, el emblema de la Comisión consiste en un círculo periférico dividido en tres trazos de los que parten otras tantas flechas que convergen en un círculo interior. Se pretende con ello reflejar el clásico arcano de la Unidad que se despliega en el dos y en el tres, y a la que, a su vez, se llega por medio de éstos; simbología que, en este caso, no es más que una siniestra parodia tras la que nada se encuentra que no sea el culto al demiurgo inspirador de la religión "humanista" del poder y del dinero, que es el culto que se oficia en los aeró pagos del Nuevo Orden Mundial.
En cuanto a los objetivos de la Comisión, éstos se componen de una amalgama de enunciados teóricos y de planteamientos prácticos sin ninguna relación entre sí. Se trata, pues, de separar la retórica de la realidad, cosa que tampoco reviste excesiva dificultad.
Entre los primeros figuran los consabidos estereotipos característicos de la demagogia oficial. La declaración trilateralista enunciada en el World Affairs Council de Filadelfia (24-10-1975) ofrece una buena muestra de lo dicho: "Todos los pueblos forman parte de una comunidad mundial, dependiendo de un conjunto de recursos. Están unidos por los lazos de una sola humanidad y se encuentran asociados en la aventura común del planeta tierra....La remodelación de la economía mundial exige nuevas formas de cooperación internacional para la gestión de los recursos mundiales en beneficio tanto de los países desarrollados como de los que están en vías de desarrollo"
Efectivamente, desde que fuera creada la Comisión Trilateral, y después de veinte años de "distribución" de los recursos mundiales, éstos son acaparados en más de un 80% por los países pertenecientes a la órbita de la Comisión, países que apenas representan en su conjunto el 10% de la población mundial.
Prescindiendo de las declamaciones altisonantes y de los efectismos hipócritas, lo cierto es que uno de los objetivos para los que fue creada la Comisión se basa justamente en lo contrario, esto es, en consolidar la hegemonía del bloque desarrollado sobre los países del Tercer Mundo y en impedir que éstos puedan obstaculizar el futuro de ese predominio. De ahí que una de las primeras propuestas del ideólogo trilateralista Brzezinski, consistiese en "el establecimientos de un sistema internacional que no pueda verse afectado por los "chantajes" del Tercer Mundo". En ese mismo sentido se manifestaría durante la cumbre de Kyoto de 1975, donde señaló explícitamente que "el eje esencial de los conflictos ya no se sitúa entre el mundo occidental y el mundo comunista, sino entre los países desarrollados y los que aún no lo están", una declaración que reflejaba adicionalmente la doctrina desarrollada por la Comisión Trilateral en sus relaciones con el bloque marxista.
En efecto, las reuniones plenarias de la Trilateral contaron desde el principio con la asistencia de una delegación soviética, habida cuenta que los analistas de la Comisión estimaban que, en su conjunto, la situación reinante en la URSS no suponía el menor impedimento para una mutua comprensión. Muy al contrario, los expertos trilateralistas calificaron como "óptimo" para los objetivos de la Comisión "el gran conjunto económico soviético, donde se afirma la concentración de fuertes unidades de producción que, aunque todavía nacionales, operan con fundamentos y capacidad de acción multinacional".
Ignorando, pues, la situación interna de la Unión Soviética y sus violaciones sistemáticas de los cacareados derechos humanos, ya que lo contrario, según Brzezinski, no haría sino obstaculizar una futura y más estrecha colaboración, y bajo el eslógan "el comercio es la paz", los diversos trusts económicos integrados en la Trilateral mantuvieron un lucrativo negocio con la extinta URSS y sus satélites, procurándoles todo tipo de equipamientos industriales, sistemas electrónicos, productos petroquímicos, cereales, etc. La magnitud de esas operaciones crediticias y comerciales implicaba, como consecuencia adicional, una dependencia casi absoluta del régimen soviético respecto del área de implantación de la Comisión Trilateral, sumamente interesada, a su vez, en no malograr con humanitarismos extemporáneos tan importante mercado. Por otro lado, la situación hacía perfectamente tolerable el enfrentamiento indirecto entre ambos bloques y sus guerras en el Tercer Mundo, siempre y cuando se mantuviesen en un nivel que no perturbara los intereses de las grandes potencias en el plano internacional. Una confrontación, por lo demás, que nunca fue más allá de las habituales pugnas limítrofes entre ambos bandos en sus respectivas zonas de influencia, y que resultaba necesaria, además, para dar salida a sus excedentes armamentísticos y para justificar su industria militar.
Pero el caballo de batalla de la Comisión Trilateral, y aquí ya entramos de lleno en sus motivaciones esenciales, es la interdependencia, un concepto que, en la práctica, no es sino el elemento básico en torno al cual se articula la tesis y el propósito fundamental de la organización, a saber, el Gobierno Mundial.
La idea según la cual los Estados nacionales deben renunciar a su soberanía en aras de un proyecto supranacional, controlado e instrumentalizado, naturalmente, por los cónclaves plutocrático-tecnocráticos, aparecía ya esbozada en un comunicado emitido por el Comité Directivo de la Trilateral a raíz de la cumbre de 1975: "La comisión Trilateral espera que, como feliz resultado de la Conferencia, todos los gobiernos participantes pondrán las necesidades de interdependencia por encima de los mezquinos intereses nacionales o regionales". Posteriormente, las manifestaciones en ese mismo sentido, pero expresadas ya de forma más explícita, se han venido sucediendo como algo habitual. A título de muestra, bastará con citar algunas de ellas.
Así, en una entrevista publicada por el New York Times (1-8-76), el inefable Brzezinski afirmaba que "en nuestros días, el Estado-Nación ha dejado de jugar su papel". En términos parecidos se expresaba el financiero Edmond de Rothschild en la revista Enterprise. "La estructura que debe desaparecer es la nación". Otro destacado trilateralista, R Gardner, significaba en el Foreign Affairs (revista del Consejo de Relaciones Exteriores) "los diversos fracasos internacionalistas acaecidos desde 1945, a pesar de los esfuerzos por evitarlos llevados a cabo por las distintas instituciones de reclutamiento mundial", proponiendo como refuerzo alternativo a esa situación "la creación de instituciones adaptadas a cada asunto y de reclutamiento muy seleccionado, al objeto de tratar caso por caso los problemas específicos y corroer así, trozo a trozo, las soberanías nacionales". Declaraciones similares a las citadas, pero más contundentes aún, ya fueron reproducidas al principio del este capítulo, por lo que bastará con remitirse a ellas.
Todos estos planteamientos, que conforman el eje de la actuación de la Trilateral, constituyeron el leiv motiv de su nacimiento, justificado en razón de la necesidad de que los problemas de Norteamérica, Europa y Japón se resolviesen en común a través de su interdependencia económica y tecnológica. Planteamientos que, como será fácil advertir, son los mismos que han inspirado el alumbramiento de otros foros de ámbito multinacional (Fondo Monetario Internacional, GATT, Maastricht, etc.) dominados por los poderes económicos y gestionados por sus peones político-burocráticos. El principio básico, que es el mismo en todos los casos, sería perfectamente enunciado por David Rockefeller con estas palabras: "De lo que se trata es de sustituir la autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el pasado por la soberanía de una élite de técnicos y de financieros mundiales".
Para conocer el exacto significado de esa interdependencia, perfectamente claro por otra parte, basta con prescindir de la retórica practicada por dichos foros supranacionales y acudir a las conclusiones que adoptan en sus cumbres periódicas. La Conferencia de Davos de 1971 ofrece una buena muestra al respecto: "En los próximos treinta años, alrededor de trescientas multinacionales geocéntricas regularán a nivel mundial el mercado de los productos de consumo, y no subsistirán más que algunas pequeñas firmas para abastecer mercados marginales. El objetivo deberá alcanzarse en dos etapas: primeramente, diversas firmas y entidades bancarias se reagruparán en el marco multinacional; después, hacia finales de la década, esas multinacionales se acoplarán al objeto de controlar, cada una en su especialidad, el mercado mundial". Si nos situamos en la más inmediata actualidad, la última reunión de Davos tenía lugar entre el 26 y el 31 de enero de 1995, con la asistencia de los dirigentes de las más poderosas Multinacionales del planeta y de un nutrido elenco de tecnócratas y líderes políticos. En el curso de dicho encuentro, uno de los principales animadores del Foro Económico Mundial, el trilateralista y ex-ministro francés Raimond Barre, se dirigió a los asistentes lamentando el hecho de que, pese al indudable avance experimentado en los últimos años por el proceso de globalización de la economía mundial, éste no progrese al ritmo adecuado, añadiendo como colofón que "tal vez sea necesaria la experiencia de un crack económico para que queden definidas las nuevas reglas de juego".
A la vista de todo esto, no resulta complicado conocer las claves de esa "benéfica" interdependencia. Traducida a la práctica, y a medida que avanza el proceso de cesión de las soberanías nacionales a los organismos supranacionales, no significa otra cosa que la sumisión progresiva a las directrices de estos últimos, o lo que es lo mismo, a los dictados de la Alta Finanza. La globalización de la economía bajo la férula del Gran Capital supone igualmente la garantía más eficaz para que ningún país se salga del redil, so pena de verse abocado a una debacle económica. Todo lo cual no impide que las tesis mundialistas vayan acompañadas de  progresismo (aunque gozan del beneplácito general, nadie las propaga con más ahínco que los medios de izquierdas), ni que cualquier tentativa por desenmascarar su trasfondo totalitario sea tachada de reaccionaria.
En el ámbito europeo, la instancia oficial que mejor encarna todo lo apuntado es el Tratado de Maastricht. Tratado que no es producto de la improvisación sino que obedece a los designios trazados desde tiempo atrás por los núcleos oligárquicos de poder. Con arreglo a tales directrices, esbozadas públicamente en más de una ocasión (ver El País de 19-11-89) por el ex-presidente de la Unión Europea, Jacques Delors, el territorio europeo habrá de ajustarse a un modelo supranacional basado en la delegación progresiva de las soberanías estatales a través de acuerdos comunitarios cada vez más estrechos; un modelo en cuyo núcleo se situaría una red de empresas multinacionales conectadas entre sí a nivel mundial. Otro de los elementos tácticos de ese diseño ha sido el fomento de las aspiraciones regionalistas, algo que en no pocos casos constituye un factor más de desestabilización y debilitamiento de las estructuras estatales, y que no responde sino al viejo aforismo del "divide y vencerás". No se necesitan grandes dosis de perspicacia para constatar que los fenómenos independentistas debilitan la estructura de los Estados europeos donde se manifiestan, lo que redunda en beneficio de las superestructuras de alcance multinacional.
Si, a título de ejemplo, nos detenemos en el caso español, tampoco resultará difícil reparar en la actitud de los nacionalismos más recalcitrantes (vasco y catalán), cuyos líderes políticos se muestran tan contrariados por la falacia del yugo españolista como entusiastas del dogal europeísta. Y no deja de ser significativo que los mismos sujetos que abominan del pretendido centralismo de Madrid sean fervientes partidarios del centralismo plutocrático-tecnocrático consagrado por los acuerdos de Maastricht.
Por lo demás, ese mecanismo soterrado de disolución tampoco ha sido ajeno al desencadenamiento del conflicto yugoslavo, en cuyos inicios jugaría un papel crucial el reconocimiento de las repúblicas secesionistas por parte de varias cancillerías occidentales.
Por lo que se refiere al ámbito político, las intervenciones directas en el mismo por parte de la Comisión Trilateral comenzaron a producirse al poco de su creación, al punto que ya en 1977, con motivo de las elecciones que llevaron a Jimmy Carter a la presidencia de los Estados Unidos, salió a la luz una de sus muestras más flagrantes. En efecto, una vez constituida la Administración Carter pudo comprobarse que, además del presidente, varios de los altos cargos del nuevo gobierno estaban vinculados a la Comisión. Figuraban entre ellos Walter Mondale, vicepresidente del gabinete, Cyrus Vance, titular de la secretaría de Estado, Harold Brown, secretario de Defensa, y Zbigniew Brzezinski, en la jefatura del Consejo Nacional de Seguridad.
El rotativo francés Le Monde Diplomatique se haría eco de esa situación, describiéndola en los siguientes términos: "La candidatura del Sr.Carter ha estado preparada desde lejos y sostenida hasta la victoria por un grupo de hombres que representan el más alto nivel del poder. Figuran entre ellos los presidentes del Chase Manhattan Bank, del Bank of America, de Coca Cola, Caterpillar, Bendix, Lehman Brothers, Hewlett-Packard, CBS, etc. Estos hombres, junto con varios tecnócratas, algunos sindicalistas y unos cuantos políticos constituyen la rama americana de la Comisión Trilateral".
Simultáneamente, un destacado dirigente trilateralista, George Franklin, se pronunciaba sobre el particular con estas palabras. "En el caso Carter creo que hemos jugado un papel considerable; él, por su parte, merece la confianza de la Comisión por su educación en política extranjera".
Más rotundas serían aún las observaciones vertidas en la revista Penthouse por el analista Graig Harpel, quien escribió: " La presidencia de los Estados Unidos y los ministerios clave del gobierno federal han sido acaparados por una organización privada consagrada a lograr la subordinación de los intereses intrínsecos de los Estados Unidos a los de los bancos y empresas multinacionales. El dominio de los intereses privados sobre el poder público es el mayor escándalo político de la historia de América. El asunto Watergate fue un robo con fractura cometido durante la noche por un tal Martínez en las oficinas del comité nacional demócrata. El Cartergate, en cambio, es la irrupción de David Rockefeller en el despacho oval en plena luz del día. Sería inexacto decir que la Comisión Trilateral manda en la Administración Carter. La Trilateral es la Administración Carter".
Con todo, tales comentarios no ofrecían sino una visión incompleta, diríase incluso que intencionadamente equívoca, de la realidad, toda vez que la intervención de los círculos plutocráticos en la política norteamericana no era nada nuevo, sino algo que se venía produciendo con mucha anterioridad desde instancias bastante más discretas y poderosas que la Comisión Trilateral, que en último extremo no representa sino la parte visible del iceberg. Todo lo cual tiene su explicación si se considera que los medios citados, pese a sus denuncias ocasionales y siempre calculadas, son devotos partidarios del modelo establecido, cuya validez global no cuestionan, aunque puedan manifestar sus discrepancias con ciertas anomalías. Anomalías que los medios pseudocríticos imputan en todo caso a determinadas conductas aisladas, pero nunca al Sistema en su conjunto, que está diseñado precisamente para que esas "anomalías" sean la norma.
Entre las actividades internas de la Comisión Trilateral merece citarse la elaboración de informes redactados por equipos de expertos de la organización, y a través de los cuales se analizan los asuntos más relevantes del mundo actual, siempre enfocados desde la perspectiva de los intereses trilateralistas. Dado su número (hasta el momento más de 40), sería imposible ocuparse aquí, siquiera brevemente, de todos ellos. Pero hay uno sobre el que merece la pena detenerse. Se trata del informe nº 8, de 211 páginas de extensión, que lleva por título "La Crisis de la Democracia". Este trabajo, elaborado por los trilateralistas Michel Crozier, sociólogo, Samel Huntington, profesor de Harvard e ideólogo del plan de devastación de las aldeas vietnamitas, y Joji Watanuki, profesor de sociología en la Universidad Sophia de Tokyo, contiene análisis y recomendaciones tan sugestivas como éstas:
"En el curso de los últimos años el funcionamiento de la democracia parece haber provocado un desmoronamiento de los medios clásicos de control social, una desligitimación de la autoridad política y una sobrecarga de exigencias a los gobiernos.....De igual modo que existen unos límites potencialmente deseables de crecimiento económico, también hay unos límites deseables de extensión democrática. Y una extensión indefinida de la democracia no es deseable (1. ver nota al pie).....Un desafío importante ha sido lanzado por ciertos intelectuales y por grupos próximos a ellos, que afirman su disgusto por la corrupción, el materialismo y la ineficacia del sistema, al mismo tiempo que ponen de manifiesto la subordinación de los gobiernos democráticos al capitalismo monopolístico. Los contestatarios que manifiestan su desagrado ante la sumisión de los gobiernos democráticos al capitalismo monopolístico constituyen hoy un serio peligro. Se hace preciso reservar al gobierno el derecho y la posibilidad de retener toda información en su fuente".
Tampoco nada de esto representaba ninguna novedad, habida cuenta que los análisis vertidos en ese informe se ajustaban rigurosamente al esquema de la pseudodemocracia oligárquica implantado por las revoluciones burguesas y perfeccionado después por las "democracias populares" marxistas.
Ese fue el concepto que compartieron también los padres fundadores de la República norteamericana, como tendremos ocasión de ver más adelante, y el mismo que ha inspirado las actividades de diversas sociedades clandestinas, entre las que figuraría la logia Propaganda-Dos, una entidad íntimamente vinculada a la Trilateral, según se desprende de un informe elaborado en 1984 por una Comisión del Parlamento italiano. Informe que, asimismo, identificó a la Trilateral como una emanación de la masonería internacional. Cabe recordar que, entre las actividades de dicha logia, célebre después por sus prácticas delictivas, figura la creación (en comandita con la CIA y la francmasonería americana) de la sociedad secreta Gladio, constituida para "velar" por el correcto funcionamiento de las "democracias" occidentales e integrada por altos mandos de la OTAN. En consonancia con todo lo apuntado, el propio Gran Maestre de la logia Propaganda-Dos, Licio Gelli (antiguo SS y ex-agente del KGB y de la CIA), se declaró en varias ocasiones un férvido "demócrata" y, como tal, firme partidario de "una democracia limitada y dirigida oligárquicamente para así poder gobernar con eficacia y sin contratiempos". (2)
Dicho esto, bueno será dedicar ahora unas palabras a los dos principales estrategas e ideólogos de la Comisión Trilateral, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger, cuyos valiosos servicios a la misma son merecedores de alguna atención.
Zbigniew Brzezinski, modelo de tecnócratas, nació el año 1928 en Varsovia, ciudad desde su familia se trasladó a Canadá a raíz de la implantación en territorio polaco del régimen comunista. Poco antes de afincarse en los Estados Unidos, Zbigniew contrajo matrimonio con una sobrina del que fuera Presidente de la República Checoslovaca y gran maestre de la masonería de aquel país, Eduard Benes, un personaje cuya entrada triunfal en Praga al término de la 2ª Guerra Mundial constituye un episodio digno de mención: con motivo del recibimiento dispensado por sus acólitos a tan ilustre filántropo el 13 de mayo de 1945, centenares de alemanes, adultos y niños, ardieron a modo de antorchas humanas, rociados de gasolina y colgados boca abajo de los árboles de la Avenida de San Wenceslao.
Una vez instalado en los Estados Unidos, Z.Brzezinski se matriculó en Harvard, donde obtuvo el doctorado en Ciencias Políticas con una tesis sobre las purgas estalinistas. Fue en los inicios de los años cincuenta, con la nacionalidad norteamericana ya conseguida, cuando Brzezinski comenzó a destacar en los círculos académicos y políticos estadounidenses por sus trabajos sobre los regímenes marxistas, no tardando en labrarse una gran reputación como experto en asuntos soviéticos. Esto posibilitaría su salto definitivo a las altas esferas del Poder a comienzos de la década de los setenta.
En diciembre de 1971, Zbigniew organizó un seminario para el estudio de los problemas comunes a las tres grandes zonas desarrolladas del planeta. Aquel foro, convocado para becarios de la Brookings Institution, reputado feudo de la izquierda liberal norteamericana, suscitó la atención de David Rockefeller, quien a la vista de las especiales aptitudes del tecnócrata polaco se apresuró a reclutarlo para su causa. De tal modo que, cuando en julio de 1972 tuvo lugar en Pocantico Hills (residencia familiar de los Rockefeller) el encuentro tripartito en el que se ultimó la creación de la Comisión Trilateral, Z.Brzezinski se hallaba ya entre los miembros de la delegación americana destacada en dicha reunión, al lado del propio David Rockefeller, George Franklin, Fred Bergsten y George Bundy. Como colofón, en el otoño de ese mismo año fueron designados los tres presidentes territoriales de la recién nacida Trilateral, recayendo en Brzezinski el nombramiento de Director Coordinador. Poco después pasó a desempeñar la dirección de la sección norteamericana de dicha entidad, cargo en el que permanecería hasta su designación por Jimmy Carter para la presidencia del Consejo Nacional de Seguridad.
En su calidad de iniciado en las altas esferas del Poder, Z.Brzezinski es colaborador habitual de las publicaciones oficiales editadas por diversas organizaciones de corte mundialista: Trialogue (órgano de la comisión Trilateral), Foreign Affairs (revista del Consejo de Relaciones Exteriores), International Affairs y The World Today (publicaciones del Real Instituto de Asuntos Internacionales, homólogo británico del CFR), etc.
Prescindiendo de sus colaboraciones puntuales en los citados medios de expresión, el grueso de la doctrina de Brzezinski puede encontrarse en "La Era Tecnotrónica" y en "Entre dos Eras: el papel de América en la Era Tecnotrónica", dos obras a través de las cuales el tecnócrata polaco expone sus análisis y "previsiones" de futuro.
El núcleo de las tesis sustentadas en dichas obras gira en torno a unos cuantos conceptos básicos. Algunos estaban concebidos para el período de la guerra fría, como es el que preconizaba la necesidad de avanzar hacia un sistema mundial que se extendiese a la zona donde el poder permanecía en manos de gobiernos marxistas. Para alcanzar ese objetivo, Brzezinski abogó repetidamente por la comprensión y la transigencia con los regímenes comunistas en todo lo relativo a la violación de los derechos humanos, ya que de lo contrario se pondría en peligro la colaboración entre ambos bloques (es decir, los pingües negocios de las multinacionales) y la futura integración de la URSS en el Nuevo Orden Mundial. Nótese que ésta es la línea de actuación que sigue practicándose hoy con la China Continental, un mercado demasiado apetecible como para supeditarlo a los hipócritas cacareos humanitaristas característicos de la retórica oficial.
Entre los planteamientos básicos de las susodichas obras figura igualmente la supresión progresiva de las soberanías nacionales, que en aras de un nuevo orden de "paz y progreso" deberán ser transferidas a instituciones supranacionales dirigidas por una "élite" científica y financiera mundial. Brzezinski preconiza asimismo "el ocaso de las ideologías y de las creencias religiosas tradicionales, pues sólo los elementos suministrados por la tecnología y la electrónica podrán permitir a las sociedades humanas avanzar hacia el bienestar y el progreso", los dos grandes pilares de la Era Tecnotrónica.
Otra de las más significativas "previsiones" de futuro del tecnotrónico Brzezinski reza textualmente así: "La Era tecnotrónica va diseñando paulatinamente una sociedad cada vez más controlada. Esa sociedad será dominada por una élite de personas que no dudarán en realizar sus objetivos mediante técnicas depuradas con las que influirán en el comportamiento del pueblo y controlarán con todo detalle a la sociedad, hasta el punto que llegará a ser posible ejercer una vigilancia casi permanente sobre cada uno de los ciudadanos del planeta".
Y no hay duda de que los "pronósticos" que hiciera Brzezinski son una realidad cada día más consolidada gracias al desarrollo progresivo de las técnicas de control social desarrollados por los modernos regímenes policíacos de "derecho". A este respecto conviene destacar el papel crucial desempeñado por el terrorismo, cuyas acciones le han servido al Sistema de inmejorable pretexto para ampliar y reforzar sus mecanismos de dominio.
En todo este asunto no puede pasarse por alto la labor desarrollada por la socialdemocracia alemana, a la que muy bien podría considerarse como pionera en el desarrollo del proceso en curso. Fue precisamente bajo uno de sus períodos de gobierno cuando Alemania se convirtió en una especie de campo de pruebas para el ensayo y puesta en práctica de los más sofisticados métodos de control social, métodos que posteriormente se irían extendiendo a todo el ámbito occidental de la mano de los foros de reflexión patrocinados por la fundación Ebert, una poderosa herramienta del socialismo germano dotada de proyección internacional. La razón esgrimida para el desarrollo de dichos métodos fueron las andanzas de la banda Baader-Meinhoff, un grupúsculo subversivo que nunca contó con más de doce miembros y que carecía de la menor implantación social, circunstancias que explican su escasa consistencia y el tratamiento expeditivo que les fue aplicado a sus integrantes (varios de ellos se "suicidaron" en prisión). Una vez zanjado aquel insignificante escollo, Klaus Croissant, el abogado sobre quien recayera en su día la defensa de los miembros de la banda, explicaría la situación con estas palabras: "La socialdemocracia alemana garantiza la existencia de la sociedad capitalista y camufla sus contradicciones; la socialdemocracia alemana juega un papel de suma importancia en el escenario internacional, y a través de ella se coordina e integra la represión en toda Europa".
El repertorio de los mecanismos de control social que se han ido implantando es amplio, y comprende, desde la adopción de disposiciones legales que introducen una suerte de estado de excepción permanente, hasta el uso de técnicas diversas. Entre estas últimas figuran los documentos de identificación provistos de una banda magnética donde consta una completa ficha de su titular, las cámaras de vídeo instaladas ya en la vía pública de numerosas urbes, y las grandes computadoras centralizadas donde se archivan los datos personales de toda la población. Aunque tales técnicas podrían hasta calificarse de rudimentarias si se comparan con otras más sofisticadas que sólo están a la espera de la oportuna razón "democrática" que aconseje su implantación. Así, la compañía estadounidense Nielsen Media Research, en colaboración con el Centro de Investigación David Sarnoff (organismo controlado por el CFR y la Pilgrims Society), ha desarrollado desde hace tiempo un dispositivo que, una vez instalado en el televisor, permite observar e identificar desde una estación de seguimiento a los espectadores sentados frente a la pequeña pantalla. No menos digno de mención es el necio alborozo con el que los medios occidentales celebraron durante la Guerra del Golfo el hecho de que los satélites norteamericanos filmasen y transmitiesen con detalle todo lo que ocurría en cada palmo del territorio iraquí; un "adelanto" técnico que, conociendo la catadura de quienes lo manejan, sólo puede constituir motivo de alegría para los desalmados y los imbéciles.
Las iniciativas en pro de la seguridad "democrática" desarrolladas por la socialdemocracia alemana no tardaron en hacerse extensivas a otros países europeos, entre los que España no iba a ser una excepción. En nuestro país, esa gran computadora central mencionada líneas atrás está ubicada en El Escorial , y su planificación contó con el asesoramiento de un grupo de expertos del Departamento Informativo de la policía federal alemana. El banco de datos de dicho ordenador dispone de doscientas terminales distribuidas por toda la geografía española, y el personal que lo atiende está integrado en su totalidad por funcionarios policiales. Todos y cada uno de los ciudadanos españoles tienen allí su correspondiente ficha magnética, en la que figura un amplio historial elaborado a partir de la información suministrada por múltiples fuentes fragmentarias; un historial compuesto por innumerables datos, muchos de ellos ya olvidados e incluso desconocidos por los propios afectados. (El bunker al que se alude es algo más que lo que piensa el común de la gente; es un archivo general donde constan cada paso de todos los habitantes de España. Está ubicado en plena Sierra de Madrid, en la carretera que comunica Guadarrama con San Lorenzo de El Escorial).
A la vista de la concatenación sistemática que se lleva a cabo desde las altas instancias políticas, utilizando la lucha antiterrorista como medio para la adopción de medidas excepcionales de aplicación global y discrecional, nada tiene de sorprendente el hecho de que detrás de no pocas acciones terroristas haya algo más que un atajo de violentos y de oligofrénicos, dos especímenes, por lo demás, nada difíciles de reclutar y menos aún de manipular. Después, sus matanzas indiscriminadas las sufrirá la población y las rentabilizará el Poder.
Acerca de las turbias tramas que se mueven en el submundo del terrorismo, existen trabajos rigurosos y harto ilustrativos de los sórdidos manejos y de los intereses supuestamente antagónicos que aparecen entrecruzados en algunas de ellas. Un asunto, éste, que volverá a suscitarse más adelante, aunque no estará de más citar ahora una muestra bien conocida. Durante la década de los ochenta operó en Italia, Francia y Portugal un grupo terrorista que reivindicaba sus acciones bajo el nombre de La Llamada de Jesucristo (nótese el nombrecito que se le puso al engendro), y cuyos atentados se dirigieron siempre contra intereses norteamericanos y judíos en los países citados. Tanto los medios policiales como los informativos señalaron al régimen libio del coronel Gadafi (ogro de moda por entonces) como el instigador y patrocinador de dicho grupo, que en realidad no era sino un dispositivo organizado por los servicios secretos españoles y franceses, e integrado en su mayoría por confidentes policiales.
Por lo que se refiere al otro gran estratega de la Trilateral, Abraham ben Elazar, más conocido como Henry Kissinger, nació el año 1923 en la localidad alemana de Fürth (Baviera), desde donde emigró en 1939, junto con su familia, a los Estados Unidos según se ha dicho.
Su participación en la vida pública estadounidense comenzó a principios de los años sesenta, desempeñando desde entonces e ininterrumpidamente a lo largo del mandato de cuatro presidentes norteamericanos diversos cometidos políticos de alto nivel. Fue asesor de la Oficina de Coordinación Gubernamental, del Consejo Nacional de Seguridad, de la Agencia de Control de Armamento y del Departamento de Estado, todo ello durante las Administraciones Kennedy y Johnson, hasta que en 1969 Richard Nixon le nombró su consejero personal, empleo que simultaneó con la presidencia del Consejo Nacional de Seguridad. Cuatro años después fue designado por Nixon Secretario de Estado, cargo en el que sería ratificado por el siguiente inquilino de la Casa Blanca, Gerald Ford.
Pese a la enorme relevancia de sus cometidos políticos, éstos no constituyeron más que una parte de la dilatada trayectoria de nuestro protagonista, cuyos episodios más enjundiosos habría que buscarlos en otros ámbitos.
Experto, como Brzezinski, en política internacional y en asuntos soviéticos, el profesor Kissinger no tardó en concitar el interés del Consejo de Relaciones Exteriores, que ya en 1955 le encomendó la dirección de una investigación para el análisis de las posibles respuestas a la amenaza soviética. Este poderoso club, a cuya presidencia accedería Kissinger años después, fue una de sus catapultas políticas. La Fundación Rockefeller Brothers habría de ser la otra. En efecto, la dirección del Programa Especial de Estudios de dicha entidad, que le fuera confiada en 1956, no constituyó más que el primer episodio de una estrecha e ininterrumpida colaboración entre Henry Kissinger y el clan Rockefeller. Desde finales de los años cincuenta, el profesor Kissinger se convirtió en el principal asesor de las campañas políticas de Nelson Rockefeller, puesto que ocuparía hasta el momento mismo en que ambos se incorporaron a la Administración Ford, el primero como Secretario de Estado y el segundo en calidad de Vicepresidente de los Estados Unidos. Paralelamente a todo ello discurrieron las actividades compartidas por Kissinger y David Rockefeller en el seno del Consejo de Relaciones Exteriores, colaboración que se estrecharía todavía más cuando el plutócrata fichó al tecnócrata para la Comisión Trilateral.
No será necesario exponer las tesis de Henry Kissinger en materia de política internacional y en asuntos soviéticos, toda vez que, en lo esencial, son las mismas que ya viéramos al hablar de Brzezinski. Lo que sí es digno de reseñarse son las actividades que desarrolló nuestro protagonista en aplicación de tales planteamientos, así como las controversias que suscitó como consecuencia de todo ello. Y no solamente fue la curiosa política de distensión aplicada por Kissinger lo que provocó la perplejidad de los más diversos círculos políticos, sino también los nombramientos que efectuara desde su puesto como secretario personal de Nixon y, posteriormente, desde la jefatura del Consejo Nacional de Seguridad y la dirección del Departamento de Estado. Nombramientos entre los que figuraron varios personajes conocidos por su filiación pro-marxista, como sería el caso de Helmuth Sonnenfeld, James Sutterlin, Boris Closson, William Hall y Arnold Wiesner.
La perplejidad de los primeros momentos acabó dando paso a la sospecha abierta, que terminaría concretándose en una serie de informes, tanto privados como oficiales, que iban a desvelar con pruebas contundentes el origen de tan extraños hechos.
El primero de ellos fue elaborado por Frank Capell, experto en cuestiones de espionaje y analista de varias revistas políticas estadounidenses, una de las cuales, The Herald of Freedom, lo publicó íntegramente en octubre de 1971. Dicho informe fue posteriormente leído en el Congreso por el diputado John Rarick, y recogido en el tomo 117 de los Informes Oficiales de Sesiones Congressional Records de 28-10-71. Con arreglo al mismo, las relaciones de Henry Kissinger con varios de sus colaboradores y subordinados en el Consejo Nacional de Seguridad y en el Departamento de Estado se remontaban al período 1943-1946, durante el cual Kissinger permaneció en Alemania como integrante de las fuerzas de ocupación norteamericanas, que le nombraron, pese a su escasa graduación militar (sargento), administrador de la ciudad de Bensheim. Fue en ese período cuando Kissinger entró en contacto con sus correligionarios Helmuth Sonnenfeld, Gunter Guillaume, agente de los servicios secretos de la Alemania del Este y más tarde secretario de Willy Brandt, y Egon Bahr, colaborador de la inteligencia soviética y futuro artífice de la Ostpolitik. Todos ellos se integrarían en una célula de espionaje en favor de la URSS, en la que el sargento Kissinger operaba bajo el seudónimo de Bor.
Tales imputaciones, que la Administración norteamericana se limitó a negar sin más, fueron posteriormente confirmadas por dos ex-oficiales del KGB, Golitsin y Goleniewski, así como por un completo dossier elaborado por un equipo de agentes de la CIA, en el que se revelaban todos los lazos existentes entre Kissinger y la Inteligencia soviética. El contenido de dicho dossier, archivado en su día por Stansfield Turner, director de la Agencia norteamericana y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, ha visto la luz recientemente gracias a un trabajo publicado por tres expertos en asuntos de espionaje, William Corson y los esposos John y Susan Trenton ("Four american Spies, the wives they deft behind and the KGB's crippling of American Intelligence").
Este tipo de hechos, que tampoco suponían ninguna novedad, eran habitualmente interpretados por la ultraderecha conservadora, siempre tan perspicaz, como parte de un plan dirigido a colocar a Occidente bajo las garras del Imperio Soviético, cuando lo que realmente significaban es que se estaba operando la deseada simbiosis entre el capitalismo expansivo y los estereotipos humanistas propios de la demagogia marxista, para dar paso así al capitalismo multinacional y progresista vigente en la actualidad.
Por lo demás, el contenido de los informes mencionados no empañó en lo más mínimo la carrera política de Henry Kissinger, que sólo se vio momentáneamente truncada cuando la Suprema Corte Rabínica de Estados Unidos decretó en 1976 su excomunión, a raíz de las maniobras desplegadas por el entonces Secretario de Estado para maquillar las conquistas de Israel durante la Guerra del Yon Kippur. Un conflicto a cuyo desencadenamiento "preventivo" no fue ajeno el propio Kissinger, y que reportó a las arcas de sus patrocinadores, los Rockefeller, y a las multinacionales petrolíferas en general, enormes beneficios.
Con todo, el ostracismo de Kissinger, aunque severo mientras pesó sobre él la excomunión, se iba a prolongar durante poco tiempo, ya que la Corte Rabínica no tardaría en rehabilitarle en atención a las nuevas contribuciones del penado a la causa sionista. La doctrina sugerida por Kissinger, consistente en la fragmentación del Líbano en varios compartimentos político-confesionales como la mejor fórmula para garantizar la seguridad de Israel, se resumiría en su célebre sentencia: "Si queréis la paz en Oriente Medio, entregad el Líbano a Siria".
Desde que abandonara la política activa, al menos de forma oficial, la actividad de Kissinger se ha desplegado a través de sus continuos desplazamientos de un extremo a otro del planeta, como comisionado y embajador de proyectos e intereses equivalentes a los que ya representó en su época anterior. Tal actividad no se reduce al terreno de lo político, aunque frecuentemente ejerza labores de emisario especial de la Administración norteamericana, sino que, de acuerdo con su posición en la Comisión Trilateral, se desarrolla fundamentalmente en el ámbito económico, que es el esencial y el que determina el curso de todos los demás. Ése es el terreno en el que se desenvuelve actualmente Henry Kissinger, a quien la Alta Finanza suele encomendar diversos asuntos relacionados con la deuda pública, asuntos que el eficiente tecnócrata solventa sin estridencias públicas y con pingües beneficios para sus arcas a través de su compañía de consultores Kissinger Associates, cuyos clientes son, lógicamente, los Estados deudores y las Multinacionales acreedoras.
Como será fácil suponer, el plantel de los asociados de dicha compañía está compuesto por elementos bien introducidos en las altas esferas financieras y políticas. Figuran entre ellos Lawrence Eagleburger (ex-subsecretario de Estado y director del LBS Bank), Brent Scowcroft (ex-asesor presidencial de Seguridad y director del National Bank de Washington), lord Carrington (ex-secretario general de la OTAN y directivo del Barclays Bank y del Hambros Bank), lord Eric Roll (director del Banco de Inglaterra), Per Gyllemhammer (directivo de Volvo y del Banco Sueco de Crédito Naval; miembro de la junta de asesores del Chase Manhattan Bank), Saburo Okita (ex-ministro de Asuntos Exteriores, miembro del Club de Roma y de la Comisión Trilateral), William Simon (ex-secretario de Hacienda y directivo de la firma bancaria Salomon Brothers), y sir Y.Kahn (directivo del grupo financiero S.G. Warburg y de la China International Finance Company).
Quienes estén interesados en solicitar los servicios de Kissinger Associates deben saber que la tarifa anual por el solo hecho de figurar en su cartera de clientes ronda los treinta millones de pesetas.
En la órbita de la Comisión Trilateral e íntimamente vinculada a la misma, compartiendo programas y proyectos, se desenvuelven una serie de entidades entre los que sobresalen dos: el Instituto Aspen y el Club de Roma.
El Instituto Aspen de Estudios Humanísticos fue fundado en 1949 por iniciativa de varios miembros del Real Instituto de Asuntos Internacionales británico y de su equivalente norteamericano, el omnipresente Consejo de Relaciones Exteriores. El objetivo de este organismo se centra en llevar a cabo un vasto análisis de los elementos que han configurado el curso de las sociedades humanas, para poder así, una vez conocidos éstos y sometidos al oportuno control, planificar el venturoso futuro de la humanidad. Y todo ello, claro está, bajo la inspiración de los consabidos estereotipos "humanistas", cuya verdadera significación no se le escapará a ningún observador medianamente imparcial de la moderna sociedad occidental.
A tal efecto, el benemérito Instituto no sólo explora el pensamiento de los grandes maestros y pensadores del pasado, sino que también promueve foros de reflexión en los que reúne a los grandes maestros tecnocráticos del presente: ejecutivos de empresas multinacionales, políticos, académicos, científicos, líderes sindicales, etc. El propósito fundamental de dichas reuniones, en las que oligarcas y pseudocontestatarios de izquierdas confraternizan y hacen causa común, se centra en lograr que aquellas posiciones que en principio pudieran ser divergentes confluyan finalmente en un punto básico de entendimiento común, cosa, por lo demás, nada difícil de conseguir entre individuos que, en lo esencial, comparten una misma mentalidad.

Por derroteros similares se desenvuelve el Club de Roma, nacido en abril de 1968 a instancias de Aurelio Peccei, miembro destacado del Bilderberg Group del comité directivo de la empresa FIAT y del consejo de administración del Chase Manhattan Bank; el perfil característico, como se podrá comprobar, del filántropo benefactor.(EL PODER EN EL MUNDO, FUNDACIÓN EMILIA MARÍA TREVISI

A.http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/bilderger.htm B.www.fundacionemiliamariatrevisi.com/BILDERBERGcat.htm

Desde que fuera creado, este organismo se ha distinguido por sus informes apocalípticos sobre el crecimiento demográfico, informes elaborados en la línea del más puro fabianismo malthusiano y en los que se aboga por un drástico control de la natalidad, en estrecha conexión con las campañas proabortistas promovidas por las Fundaciones Ford y Rockefeller. Lo malo es que los artificiosos planteamientos y los errores de bulto del programa elaborado por el Club en "Los Límites al Crecimiento", han sido contundentemente refutados por varios especialistas (Alfred Sauvy entre ellos) ajenos a los abrevaderos oficiales. Después, varios de esos errores de bulto han sido reconocidos por el propio Club de Roma, aduciendo que tan solo se trataba de elementos de provocación.
En 1981 el Club de Roma auspició la creación de un organismo apéndice cuyo cometido sería proyectar "una nueva humanidad". Tras varios días de debates en la Universidad Gregoriana de Roma, un feudo de la Orden jesuita propuesto por ésta como marco del encuentro, nació el Forum Humanum, cuyo principal patrocinador económico ha venido siendo desde sus inicios la multinacional FIAT.
Entre los postulados ideológicos sostenidos por el Club de Roma para alumbrar esa "nueva sociedad" figura, cómo no, la necesidad de implantar un Gobierno supranacional. En ese sentido se han manifestado reiteradamente sus más destacados dirigentes, desde el ya fallecido Aurelio Peccei, quien en su momento significó que "uno de los mayores obstáculos para el progreso de la humanidad es el concepto de la soberanía de cada nación", hasta su discípulo y sucesor en la jefatura del Club, Alexander King, según el cual "la sociedad mundial requiere una única dirección, un gran capitán que guíe la tierra hacia un destino común". Ni el Gran Hermano de la pesadilla orwelliana se habría expresado mejor.
Entre los miembros más relevantes del Club figuran individuos como Daniel Jensen (Trilateral, Bilderberg), Sol Linowitz (Trilateral, CFR), Edgar Pisani (Instituto Aspen, Bilderberg), Jimmy Carter (Trilateral, CFR) y Kurt Rothschild. Por lo que se refiere a sus socios españoles cabe citar dentro de los más conocidos a José Luis Cerón, Carlos Robles Piquer, Federico Mayor Zaragoza, Joaquín Ruiz Jiménez Cortés, Fernando Morán, Javier Solana y Mercedes Sala.
Otra de las lumbreras de este distinguido aerópago es el ideólogo marxista Adam Schaff, cuyos vínculos con diversos foros plutocrático-oligárquicos le hacen acreedor a una mención especial. Las razones de su pertenencia al Club de Roma las ha expuesto él mismo con afirmaciones como éstas: "Me gusta tratar con los capitalistas del Club de Roma; son los únicos que se atreven a hablar abiertamente del futuro de la humanidad; son tan poderosos que no tienen nada que temer".
Al igual que ocurre con otras entidades afines de carácter mundialista, la Comisión Trilateral cuenta con una serie de émulos surgidos en diversos países a modo de prolongación o réplica a escala regional del modelo trilateralista. Uno de tales organismos, con sede en Francia, ya fue citado por el rotativo L'Humanité en 1977, aunque hubo que esperar hasta 1991 para que la indiscreción de una colaboradora del mismo permitiera conocer su relación de integrantes. El grupo en cuestión se denomina Le Siècle, y en su seno confraternizan y hacen proyectos de futuro la oligarquía plutocrática y la vanguardia "proletaria".
En la nómina de esta conmovedora hermandad aparecen personajes como (la relación no es exhaustiva) Jean Louis Beffa, director de la multinacional Saint-Gobain, J.H.David, presidente de la Banca Stern, Guy Delorme, director de la Banca Monod, Vincent Bollard, presidente de la Compañía Financiera Privada, Raimond Lévy, director de Renault, Chistian Maurin, director de la Banca Sofinco, Jacques Mayoux, vicepresidente de la Banca Goldman Sachs Europa, André Wormser, presidente de Sovac, filial de la Banca Lazard. Por parte "obrera" cabe significar la presencia, entre otros, de Jacques Attali, ex-consejero de Mitterrand, Maurice Faure, ex-ministro radical socialista, Pierre Joxe, ministro en los gobiernos socialistas Rocard, Cresson y Bérégovoy, Jacques Julliard, director de redacción del diario socialista Le Nouvel Observateur, Anicet le Pors, ex-senador comunista y ministro del gobierno Mauroy, Roger G. Schwartzemberg, diputado radical de izquierda, Gilles Menage, ex-director del gabinete presidencial de Mitterrand y por último, para que no falte de nada, René Remond, director de la Revista Histórica y destacado representante del llamado "cristianismo" de izquierdas.
 (1)
Si hubo algo que me llamó la atención no bien instalado en España fue que la gente no tuvieran idea de lo que era la COMISIÓN TRILATERAL NI BILDERBERG, mucho menos de la P. DUE” (Propaganda Due) que manejaba Lucio Gelli. La década del 60 precipitó las democracias de Latinoamérica. De buenas a primeras entre la segunda mitad de la década del 60 e inicios de los 70 casi todos los países latinoamericanos perdieron sus incipientes democracias para caer en manos de los militares: Los Pinochets, VIDELAS y demás –en la Argentina se sumaron otros: Massera (miembro de la P Due), la Iglesia, y quién no- no solo amasijaron las instituciones sino que hicieron desaparecer y asesinar a miles de personas. Me llamó la atención por entonces que la atropellada  fuera casi simultánea en todos los países, especialmente en los que tenían un enorme potencial de riqueza y a la vez una posición geopolítica de privilegio (tal el caso de Argentina y Chile).
Por entonces y ante una situación que muy pocos podían explicar y los atropellos que se venían llevando a cabo –la caída de Perón, Perón echando de la Plaza de Mayo a los paladines que lo habían defendido y hasta luchado por  su retorno. La caída de Frondizi, el golpe económico que se le asestó a Alfonsín- ante tales hechos decidí consultar  a un político que había dado pruebas de ser un verdadero estadista. Me invitó a su casa un viernes cualquiera . Estuvimos reunidos más de dos horas. Sucesivamente durante algo más de dos años, vienes tras viernes, lo visitaba en su casa.
Fue entonces que comprendí lo que estaba sucediendo. Decidí investigar a los Brezinski, Kissienger, Gardner, Rockeffller. Saqué conclusiones que plasmé en varios artículos entre los que figuran españoles que mientras miraban a Europa se distraían de lo que pasaba en Latinoamérica.
(2)

 

Donde está hoy el poder en el mundo

4 noviembre 2016 

Leonardo Boff, Ecoportal

Hay un hecho que debe preocupar a todos los ciudadanos del mundo: el desplazamiento del poder de los estados-nación hacia el de unos pocos conglomerados financieros que operan a nivel global, cuyo poder es mayor que el de cualquiera de los Estados tomados individualmente. (*) Estos realmente detentan el poder real en todas sus ramas: financiera, política, tecnológica, comercial, medios de comunicación y militar.

Este hecho ha sido estudiado y seguido por uno de nuestros mejores economistas, profesor del posgrado de la PUC-SP con amplia experiencia internacional: Ladislau Dowbor. Dos estudios de su autoría resumen la vasta literatura sobre el tema: “La red de poder corporativo mundial” del 04.01.2012 (http://www.dowbor.org/wp) y la más reciente de septiembre de 2016: http://dowbor.org/2016/09/ladislau-dowbor-o-caótico-poder-dos-gigantes-financeiros-novembro-2015-16p.html//: “gobierno corporativo: el poder caótico de los gigantes financieros.”
Es difícil condensar el cúmulo de informaciones que parece aterrador. Dowbor sintetiza:
“El poder mundial realmente existente está en gran parte en manos de gigantes que nadie eligió, y sobre los cuales cada vez hay menos control. Son billones de dólares en manos de grupos privados cuyo campo de acción es el planeta, mientras que las capacidades de regulación global van a gatas. Investigaciones recientes muestran que 147 grupos controlan el 40% del sistema corporativo mundial, siendo el 75% de ellos, bancos. Cada uno de los 29 gigantes financieros genera un promedio de 1,8 billones de dólares, más que el PIB de Brasil, octava potencia económica mundial. El poder ahora se ha desplazado radicalmente” (cf. Gobernanza corporativa, op.cit).

Además de la literatura específica, Dowbor refiere los datos de dos grandes instituciones que sistemáticamente a lo largo de los años se ocupan de los mecanismos de los gigantes corporativos: el Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (rivaliza con el famoso MIT de EE.UU.) y el Credit Suisse, el banco que dirige las grandes fortunas del mundo y, por lo tanto, sabe de estas cosas.

Los datos presentados por estas fuentes son sorprendentes: el 1% más rico controla más de la mitad de la riqueza del mundo. 62 familias tienen un patrimonio igual a de la mitad más pobre de la población de la Tierra. 16 grupos controlan casi todo el comercio de productos básicos (cereales, minerales, energía, tierra y agua). Debido a que toda la comida obedece las leyes del mercado, sus precios suben y bajan a merced de la especulación, quitando a vastas poblaciones pobres el derecho a tener acceso a una alimentación suficiente y saludable.
Los 29 gigantes planetarios, de los cuales el 75% son bancos, empezando por el Bank of America y terminando con el Deutsche Bank, son considerados “sistémicamente importantes”, pues su eventual quiebra (no olvidemos que el más grande, los Lehamn Brothers de América del Norte, se declaró en quiebra) llevaría a todo el sistema al abismo o muy cerca, con consecuencias nefastas para toda la humanidad. Lo más grave es que no hay regulación para su funcionamiento, ni puede haberla, porque las regulaciones son siempre nacionales y ellos actúan planetariamente. No hay todavía una gobernanza mundial que cuide no sólo de las finanzas sino del destino social y ecológico de la vida y del propio sistema-Tierra.
Nuestros conceptos se evaporan cuando, nos recuerda Dowbor, se lee en la portada de The Economist que la facturación de la empresa Black Rock es de 14 billones de dólares, mientras que el PIB de los EE.UU. es de 15 billones de dólares y el del pobre Brasil escasamente llega a 1,6 billones de dólares. Estos gigantes planetarios manejan alrededor de 50 billones de dólares, el equivalente a la deuda pública total del planeta.
Lo importante es conocer su propósito y su lógica: buscan simplemente ganancias ilimitadas. Una compañía de alimentos compra una mina sin ningún tipo de experiencia en el ramo, sólo porque da beneficios. No hay ningún sentido humanitario, como por ejemplo, tomar una pequeña porción de las ganancias para un fondo contra el hambre o para disminuir la mortalidad infantil. Para ellos, eso es tarea del estado y no para los accionistas que sólo quieren ganancias y más ganancias.
Por estas razones entendemos la iracundia sagrada del Papa Francisco contra un sistema que sólo quiere acumular a costa de la pobreza de las grandes mayorías y de la degradación de la naturaleza. Una economía, dice, “que está centrada en el dios dinero y no en la persona: este es el terrorismo fundamental contra toda la humanidad” (en el avión de regreso de Polonia en septiembre). En su encíclica ecológica lo llama un sistema anti-vida y con tendencia suicida (n.55).
Ese sistema es homicida, biocida, ecocida y geocida. ¿Cómo puede prosperar tal inhumanidad en la faz de la tierra y todavía decir que no hay alternativa (TINA = There Is No Alternative)? La vida es sagrada. Y cuando es sistemáticamente agredida, llegará el día en que puede tomar represalias destruyendo a quien la quiere destruir. Este sistema está buscando su propio fin trágico. Ojalá la especie humana sobreviva.
Leonardo Boff escribió Cuidar la Tierra – proteger la vida: cómo escapar del fin del mundo, Record 2010.
Traducción de Mª José Gavito Milano

        Notas a  Dónde está hoy el poder en el mundo
*
Comentario de Carlos A. Trevisi
He comentado reiteradamente que lo que vamos descubriendo en España, como algo que la mayoría de la gente desconoce, tiene sus raíces en la creación de un poder supranacional que nace allá por la década del 50 y se institucionaliza en los 70 cuando se establece la TRILATERAL  como organismo rector del mundo. He iniciado incidentalmente alguna que otra charla con amigos que no tenían idea de su existencia ni de cómo, paulatinamente,  las premisas que impulsaron sus principales ejecutores -Kissinger, Rockefeller, Gardner, Brzezinski y otros pocos más-  echaron por tierra los afanes de países que vivían en democracia derrocando, militares nativos mediante,  sus gobiernos e instaurando dictaduras por doquier. El caso más paradigmático fue el de Chile donde Kissinger actuó personalmente en porte de armas para terminar con Allende. Fue solo un ensayo de lo que sobrevendría en el mundo y padecemos actualmente. Mientras el oligofrénico de Videla masacraba gente, la España post franquista  nos hacía creer que España se transformaba en un paraíso. Si al día de hoy los españoles no conocen los sucesos que acabo de relatar es natural que no tengan idea en que podía terminar el supra poder económico que nos haría padecer, apenas dos ó tres décadas más tarde, la calamidad que estamos viviendo.
Propaganda Dos (P DUE) en Argentina
En Argentina Videla asume el poder en 1976. El triunvirato que pasa a gobernar incluye al Almirante Massera, conspicuo  agente de la P Due conectado a Gelli. El ministro de economía del triunvirato es Martínez de Hoz, que actúa en respuesta a la grandes directrices que va marcando la Trilateral. En el Ejército asumen cargos verdaderamente relevantes siniestros personajes como el General Galtieri, un mastodonte descerebrado a quien conocí personalmente en el Colegio Militar. Es durante la gestión de Videla que se desata un enfrentamiento con Chile, el segundo país mejor ubicado estratégicamente para acceder a la Antártida, fuente de riquezas incalculables: petróleo. Kril, agua…  Mientras tanto España, en plena reconstrucción después de la dictadura franquista, Felipe González a la cabeza, comienza su marcha hacia los designios de la Trilateral. No es de extrañar que 30 años después nos encontremos con el verdadero Felipe González: el íntimo de Slim, el millonario al que se le descubre que su mujer tiene “inversiones” en el Paraíso fiscal de Panamá y ahora ha empujado al PSOE a favorecer al PP de Rajoy para que se hiciera con la presidencia por segunda vez.

COMENTARIOS Y REFERENCIAS DE CARLOS ÁNGEL TREVISI que amplían lo dicho
Echemos una ojeada al Barón Felipe alabando a Farshad Massoud Zandi, empresario iraní, su amigo (y de Cebrián, el de PRISA  claro)

3. http://www.eldiario.es/economia/Massoud-Zandi-Juan-Cebrian_0_509899580.html

4. http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/08/el-gran-negocio-de.html

5. HAY ALERNATIVAS AL DETERMINISMO ECONÓMICO Y/O TECNOLÓGICO Vicenç Navarro

http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/08/hay-alernativas-al-determinismo.html

6. ¿QUIÉN DOMINA EL MUNDO? PISTA: NO SON LOS ESTADOS


Este ensayo es un adelanto del nuevo libro de Noam Chomsky, Who Rules the World? (Metropolitan Books, the American Empire Project, 2016). Ediciones B publicará la obra en español el 1 de octubre, bajo el título ¿Quién domina el mundo? La versión original fue publicada en Tomdispatch.com.

http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/06/quien-domina-el-mundo-pista-no-son-los.html

7. EL GRAN DOLOR CAUSADO POR EL NEOLIBERALISMO  http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/06/el-gran-dolor-causado-por-el.html

Nunca he leído nada tan claro. Poco habría que agregar –ni siquiera me animaría a hacerlo dada la envergadura de su autor. Se me ocurre, sin embargo, que es hora de que la ciudadanía avive el seso y despierte.

Dado una cultura ancestral que hemos ido perdiendo, para recuperarla tendríamos que participar, luchar, preguntar, asumir responsabilidades como ciudadanos de un acerbo que, aunque no lo sepamos, tendría que volver a ser el ombligo del mundo y no un mero tracto intestinal del poder.

8. A PROPÓSITO DEL PSOE Y DE SUS BARONES

http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/04/proposito-del-psoe-y-sus-barones.html

Felipe González y Alfonso Guerra pasarán a la historia como infames, corruptos y ambiciosos políticos que no tuvieron el más mínimo problema en apuñalar a la democracia con su connivencia golpista, como el Rey y gran parte de la sociedad, y menos aún en dejarla desangrar en las manos de una banda criminal que despellejaba y arrancaba las uñas a sus víctimas.
Con semejante historial, dado que han tenido la fortuna de esquivar la cárcel (digo fortuna por decir algo), lo mejor sería que alimentasen sus vidas con el silencio y no nos recordasen cada cierto tiempo que nada es lo que nos han dicho que fue.
9.  ¿QUIÉN ES CEBRIÁN? ES EL DE “PRISA”, EL DE "LA SER", EL QUE NO ES.
¿El amigo de Felipe González?

11. La Comisión Trilateral domina el gobierno de Obama


Referencias  a LA TRILATERAL EN EL GOBIERNO DE OBAMA

August Review
En sus primeros diez días, Barack Obama designó en la Comisión Trilateral a once altos miembros clave de su administración. Así introdujo una potente fuerza exterior en el liderazgo de su gobierno, pero con una agenda básica que más bien perjudica a los ciudadanos de EEUU.
Además de estos nombramientos, Obama llevó a la Casa Blanca a miembros relevantes de la Trilateral, como su principal consejero en política exterior Zbigniew Brzezinski, cofundador de la Comisión junto con David Rockefeller en 1973.
La Comisión Trilateral tiene gran responsabilidad en el estado actual del mundo. Se constituyó en 1973 como un centro mundial de supuestos pensadores que diseñaron el giro multinacional del capitalismo hacia el llamado neoliberalismo, que ha sido una radicalización a la derecha -neo conservadora- de la concepción keynesiana más clásica de la economía, del rol del Estado, la intensificación de la explotación mundial del trabajo y la hegemonía militar mundial de los países más ricos del planeta y sus corporaciones transnacionales.
La Trilateral es una suerte de gran partido político mundial de derecha. Según su sitio web, fue formada por ciudadanos particulares de Japón, Europa (países de la Unión Europea) y Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) para fomentar una colaboración más estrecha entre las áreas industrializadas democráticas relevantes del mundo [en oposición al campo socialista de entonces] para compartir responsabilidades en la dirección en un sistema internacional más amplio. 

Según la lista oficial, la Comisión Trilateral posee 424 miembros, pero sólo 87 pertenecen a EEUU y otros 337 provienen de otros países. Así, en sus primeras dos semanas, Obama nombró la cuota de representantes gubernamentales, que constituyen el 12% de la representación de EEUU en la Comisión, aunque conserva muchos otros vínculos con la Trilateral, por ejemplo la membresía permanente de William Jefferson Clinton, el marido de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Las once designaciones de Obama recayeron en los siguientes personajes: 


– Tim Geithner, Secretario de Hacienda 
– Susan Rice, Embajadora en Naciones Unidas 
– General James L. Jones, Consejero de Seguridad Nacional 
– Thomas Donilon, Consejero Comisionado de Seguridad Nacional 
– Paul Volker, Presidente del Comité de Recuperación Económica 
– Almirante Dennis C. Blair, Director de Inteligencia Nacional 
– Kurt M. Campbell, Secretario de Estado Auxiliar - Asia y Pacífico 
– James Steinberg, Comisionado de la Secretaria de Estado 
– Richard Haass, Enviado Especial del Departamento de Estado 
– Dennis Ross, Enviado Especial del Departamento de Estado 
– Richard Holbrooke, Enviado Especial del Departamento de Estado 

La administración Obama y la Comisión Trilateral tienen muchos otros vínculos. A manera de ejemplo, el grupo informal de consejeros del secretario de Hacienda Tim Geithner incluye a los miembros de la Comisión E. Gerald Corrigan, banquero, ex presidente de la Reserva Federal (RF); Paul Volker, ahora cabeza de la recuperación económica de Obama; Alan Greenspan, el anterior jefe de la RF y Peter G. Peterson, prominente banquero e inversionista.
El primer empleo de Geithner después de salir de la universidad fue al servicio del trilateralista Henry Kissinger en la oficina Kissinger y Asociados. El trilateralista Brent Scowcroft, que de tendero se convirtió en banquero, ha sido consejero oficioso de Obama y fue mentor del actual secretario de Defensa Robert Gates (Ver Tema Nº 07). Y también es miembro de la Comisión Robert Zoelick, ex secretario de Comercio y presidente actual del Banco Mundial designado por la administración G.W. Bush.
El sitio web afirma: “La membresía de la Comisión Trilateral está compuesta por cerca de 400 líderes distinguidos en los negocios, medios de información, academia, servicio público (excluyendo ministros de gabinetes nacionales actuales), sindicatos y otras organizaciones no gubernamentales de las tres regiones. Los presidentes regionales, vicepresidente y directores constituyen la dirección de la Comisión Trilateral, junto con un Comité Ejecutivo que incluye cerca de otros 40 miembros”. 
Desde 1973, la Comisión Trilateral se reúne regularmente en sesiones plenarias para discutir manifiestos políticos desarrollados por sus miembros. Las políticas se debaten hasta alcanzar consensos. Los miembros respectivos regresan a sus propios países a instrumentar consistentemente las políticas acordadas en esos consensos. El propósito original de la Comisión Trilateral fue la creación de un “Nuevo Orden Económica Internacional” [es decir, la llamada globalización]. Su declaración actual fortalece incentivar una “colaboración más estrecha entre éstas áreas industrializadas democráticas dominantes del mundo con responsabilidades compartidas en la dirección de un sistema internacional más amplio”.
Desde la administración Carter, los trilateralistas ha llevado a cabo estas influyentes posiciones desde cargos clave controlados por el gobierno de EEUU: seis de los ocho últimos presidentes del Banco Mundial; los presidentes y los vicepresidentes de Estados Unidos (a excepción de Obama y Biden); más de la mitad de todos los secretarios de Estado de EEUU; y tres cuartos de los secretarios de Defensa.
Durante el trienio 2009-2012, la agenda de la Comisión será guiada por dos grandes convicciones. Primero, la Comisión Trilateral seguirá siendo más importante que nunca para preservar la dirección compartida de los países ricos en un sistema internacional más amplio. Segundo, la Comisión “ensanchará su marco para reflejar cambios más amplios en el mundo”. De esta manera, el Grupo Japonés devino en Grupo Asia Pacífico, que incluye a miembros de China e India, y añadieron a miembros mexicanos al Grupo Norteamérica (Canadá y EEUU). El Grupo Europeo continúa ensanchándose conforme a la ampliación de la Unión Europea. 

Actualización de Patrick Wood (de “August eview.com”) 


El concepto “influencia indebida” se nos presenta al considerar el número de miembros de la Comisión Trilateral en [altos cargos de] la administración Obama. Tienen el control de las áreas de nuestras necesidades nacionales más urgentes: crisis financiera y económica, seguridad nacional y política exterior.
El conflicto de intereses resulta patente. Con el 75% de membresía de individualidades no estadounidense en la Trilateral ¿qué influencia sigue teniendo esta contundente mayoría sobre el 25% restante?
Por ejemplo, cuando Chrysler sometió su quiebra bajo la protección y control de la administración Obama, rápidamente se decidió que el fabricante italiano de automóviles FIAT asumiría el control de esa compañía. La persona designada para el trato fue el secretario del Tesoro, o ministro de Hacienda, Timothy Geithner, miembro de la Comisión Trilateral. ¿Les sorprendería saber que el presidente de FIAT, Luca di Montezemolo, también es un camarada miembro? El Congreso debió detener este trato en el momento en que fue sugerido. 

Muchos miembros europeos de la Comisión Trilateral son también jefes máximos de la Unión Europea. ¿Qué oscilación política y económica tienen a través de sus contrapartes estadounidenses? 

Si se lo preguntaran en alguna encuesta, la gran mayoría de los estadounidenses diría que los negocios de EEUU son suyos propio, y deben mantenerse cerrados a la interferencia de extranjeros con agendas no-estadounidenses. Pero la inmensa mayoría de los estadounidenses no tiene ninguna idea sobre qué es la Comisión Trilateral, mucho menos del enorme poder que ha usurpado desde que en 1976 Jimmy Carter fue el primer miembro trilateral que resultó elegido presidente.
A la luz de la crisis financiera sin precedente de hoy, los trilateralistas serían aborrecidos si realmente leyeran la declaración de Zbigniew Brzezinski (cofundador de la Comisión con David Rockefeller) estampada en su libro de 1971 “Entre dos edades: El papel de EEUU en la era tecnotrónica”, que dice así: 
“La nación-estado como unidad fundamental de la vida organizada del hombre ha dejado de ser la principal fuerza creativa: Los bancos internacionales y las corporaciones transnacionales son [ahora] actores y planificadores en los términos que antiguamente se atribuían los conceptos políticos de nación-estado”. [Es decir, envió al cuarto de los juguetes en desuso los conceptos básicos de estado-nación, soberanía de las naciones y rol del Estado en la sociedad, para promover un mundo gobernado por los bancos y las corporaciones transnacionales].
Con todo, esto es exactamente lo qué está sucediendo. Los bancos y las corporaciones globales son círculos que aprietan alrededor de la nación-estado, incluyendo a Estados Unidos. No tienen ningún respeto por el debido proceso, el Congreso o la voluntad de los pueblos.
¿Por qué han mantenido a la gente estadounidense en la oscuridad respecto a un tema tan grande que sacude nuestro país en su misma base? La Trilateral controla los grandes medios
La respuesta es simple: El liderazgo principal de los grandes medios de información también está saturado de miembros de la Comisión Trilateral, quienes pueden suprimir selectivamente las noticias que deberían cubrirse, por ejemplo:
• David Bradley, presidente de Atlantic Media Company 
• Karen Elliot House, ex vicepresidente senior de Dow Jones & Company, y editora del “The Wall Street Journal”, propiedad de Rupert Murdoch 
• Richard Plepler, copresidente de HBO 
• Charlie Rose, de PBS, Servicio Público de Radio y TV de EEUU 
• Fareed Zakaria, redactor de “Newsweek” 
• Mortimer Zuckerman, presidente de “U.S.News & World Reports” 

Existen muchas otras conexiones con el nivel superior de los medios de información originadas por la membrecía o participación en las direcciones corporativas y la propiedad accionaria común. Para más información, consultar el libro publicado originalmente en 1978 por este escritor, “Trilaterals Over Washington”, que está disponible [en inglés] en formato electrónico y sin ningún costo en www.AugustReview.com. Este sitio también tiene muchos trabajos que analizan diversos aspectos de la hegemonía de la Comisión Trilateral en Estados Unidos y en otras partes del mundo, puesto que fue fundada en 1973. 
Fuentes: ”August Review.com”, 30 de enero de 2009, “Obama: Trilateral Commission Endgame”, por Patrick Wood Estudiante investigador: Sarah Maddox Evaluador académico: Peter Phillips, Sonoma State University
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
Fuente original: 

El gobierno del mundo; las instancias ejecutivas
La OCDE , es la organización iniciadora del AMI, concibe las reglas del comercio mundial e influye de muy cerca la política económica de los países occidentales. Reagrupa 30 países desarrollados que « comparten los principios de la economía de mercado" "
El 
Fondo Monetario Internacional  y el Banco Mundial diseñan la económica y el medioambiente del planeta por intermedio de préstamos y créditos otorgados a los estados del Tercer Mundo bajo la condición que estas apliquen una política económica de inspiración ultraliberal, con desprecio de las realidades humanas y ecológicas.
La Organización Mundial del Comercio (OMC, o WTO en ingles) fija las reglas del comercio mundial, reduciendo considerablemente el margen de decisión de los estados en el área de la economía o del medioambiente.
La 
Comisión Europea (o "Comisión de Bruselas") es el gobierno de la Unión Europea. Sus miembros no son elegidos directamente, y el publico nunca está realmente informado de sus decisiones. Gran parte del poder de los estados es transferido a esta Comisión que no está sometida a un control democrático. (La legislación europea representa ya 80% de las leyes aplicadas por los estados de la Unión.)
Estas transferencias de soberanía han sido realizados por los políticos tanto de derecha como de izquierda, con el objetivo de hacer escapar del debate publico lo esencial de las decisiones económicas, sociales, y medioambientales.
Asimismo, la Comisión Europea está íntegramente bajo la influencia de lobbies industriales quienes son los grandes inspiradores de la reglamentación europea. La mayoría de los Comisarios europeos están estrechamente ligados a las multinacionales o a redes de influencia favorables al liberalismo y a la mundialización.

LOS PAÍSES MEDITERRÁNEOS Y LOS DEL NORTE DE EUROPA

Los  países mediterráneos de Europa somos herederos de la cultura grecorromana. Se podrá decir que toda Europa es heredera de esa cultura, y es acertado el juicio. Las diferencias que hay entre unos y otros -los mediterráneos y los del norte de Europa- radican en el hecho de que el norte se configuró socialmente a partir de comunidades que se consolidaron, desde la Reforma, como fraternidades que cementaban las instituciones de aquellos países a partir de una sólida comunión de sus gentes con el cristianismo. De ahí la solidez institucional que las ha asistido desde siempre.
El hombre despertó a su individualidad con el Renacimiento, descubrió su intimidad.  Hasta ese momento su conciencia se estructuraba a partir de patrones en los que reinaba el absoluto de la Iglesia, ya para entonces más preocupada por sus quehaceres de estado que por transmitir el mensaje de Cristo.
Los países mediterráneos no alcanzaron a constituirse en comunidades porque la Iglesia, tan connivente con la política -todo lo contrario del cristianismo que surgió con la Reforma- , se constituyó en una institución más y su prodigalidad fue en orden al ejercicio del poder antes bien que al de la organización comunitaria. La Iglesia no supo, no pudo alentar comunidades con vocación fraterna porque su objetivo fue institucional: uniformar las conciencias a partir del templo.
La organicidad del norte de Europa primó sobre el sometimiento al que la Iglesia, aliada del poder, sometió la voluntad, la libertad y hasta la inteligencia de la gente en nuestros países. Iberoamérica fue también presa de las mismas circunstancias. El florecimiento de las ciencias, del comercio, de los saberes distinguidos, y hasta de los recursos para la guerra han pertenecido desde siempre a las corrientes que se alineaban  detrás de los grandes pensadores del norte.
Así, sucedió lo que tenía que suceder. Impusieron lo suyo. Floreció una civilización que nos es ajena. Una civilización en las que nuestros excepcionales valores son una curiosidad. El mundo marcha por otro camino. No tenemos fuerza ni para imponer las grandes virtudes que alientan la vida y la hacen digna de ser vivida. Nos hemos dejado aplastar. La Iglesia Vaticana, cuyos rezagadas legiones están al mando de una jerarquía atrasada, imprudente y jactanciosa, también cayó ante la fuerza de una civilización que no nos pertenece.*
Tenemos que asumirnos responsables del descalabro. Hay que poner en acto algo más que ácidas críticas. Si no lo hacemos tendremos un destino incierto, a la deriva. 
*Es de decirse que con el Papa Francisco la Iglesia está dado un giro de 180 grados
Carlos A. Trevisi

LA LEY Y LA PIEDAD
Carlos A. Trevisi
Recordaréis, seguramente, el argumento de “El mercader de Venecia”, impío éste que, distante del dolor ajeno, en el tribunal de justicia pretende hacer  imperar la ley por sobre la piedad, exigiendo a su deudor a que se someta a los términos del contrato oportunamente acordado: entregar una libra de su propia carne en caso de incumplimiento de pago.

Comentábamos en un artículo anterior acerca del poder de la ley por sobre la libertad, a la que reducía sólo a sus designios, que no malignos, aunque sí ímplenos. También habéis leído aquel artículo en el que decíamos que había quienes sostenían que la salud no era un derecho y que debía prevalecer, por encima de todo, el derecho de propiedad de los titulares de las patentes (la ley), de modo que aquellos que no dispusieran de medicinas por su incapacidad cierta de no poder crearlas, o aquella otra no menos cierta de no tener recursos para adquirirlas, no podían, no les asistía el derecho de  apelar en donación a quienes sí se habían empeñado en su creación y elaboración (1).

En su argumentación ante el tribunal, Shylock, que, como recordaréis, así se llama el mercader, dice: “Exigiré lo que se me debe y la pena estipulada en el convenio. Si me lo negáis, ¡desgraciadas sean vuestra Constitución y las libertades de vuestra República! […] ¿Qué fallo puedo tener si no he hecho mal alguno? […] Esa libra de carne que os pido me pertenece, la he comprado a buen precio y la quiero. ¡Caiga el baldón sobre vuestras leyes! […] espero que se me hará justicia. […] ¿Quién me obligaría a ser clemente?

El abogado le contesta:[…] la clemencia ha de ser espontánea y debe caer como el suave rocío del cielo cae sobre las plantas. Doblemente benéfica: hace bien al que la da y a quien la recibe. […] Así, pues, aunque la justicia sea el argumento del que te vales, recuerda que si sólo alcanzásemos justicia en la vida no habría salvación para ninguno de nosotros. […] Todo lo que digo es para inducirte a moderar la justicia rigurosa de tus pretensiones.

Analicemos ahora nuestra realidad. ¿Con quién se identifica usted, con Shylock o con el abogado? Piense en los inmigrantes, los ancianos abandonados, los niños que mueren a diario en el mundo, las guerras, las torturas... ¿No siente un desgarro ?  
Pues, yo sí, y sería estupendo que fuéramos capaces de poner ese dolor en común.

Nota BENE
El giro que va tomando el mundo queda en evidencia ante lo que se lee a continuación.

(1)  La salud no es un derecho, por Armando P. Ribas*


Comentarios en MINÚSCULAS   por  Carlos A. Trevisi (C) (2006)
Texto en MAYÚSCULAS (RIBAS)

"CADA VEZ MÁS LOS PROGRESOS HUMANOS SE TORNAN EN DERECHOS DE LA HUMANIDAD EN TANTO QUE SE IGNORAN LOS FACTORES DETERMINANTES DE LOS MISMOS. LA MAYOR IGNORANCIA QUE PERSISTE, EVIDENTEMENTE, ES RESPECTO A LA NATURALEZA DEL HOMBRE. FUE EN ESE SENTIDO QUE SE PRONUNCIÓ DAVID HUME CUANDO DIJO EN SU TRATADO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA: “TODO ESTUDIO DEBE COMENZAR POR EL CONOCIMIENTO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA Y ÉSTE ES EL QUE HA SIDO MÁS IGNORADO”.
Comentario
(C)
El hombre es un profundo misterio interpretable de mil maneras, pero tiene una indiscutible categoría más allá de las interpretaciones que sucesivos pensadores puedan sostener; de hecho, este hombre, el que me toca de compañero en el metro, mi vecino, mi prójimo en fin, me obliga a satisfacer su potencial, a proyectarlo en toda su plenitud a colaborar con su crecimiento. Cuando el P. Vitoria hace 500 años sostuvo la “humanidad” de los Indios y se abocó a hablar de los derechos de todos los hombres sin distinción, creo que dejó en claro cuál era la naturaleza de su identidad. Hume, uno de los principales representantes del empirismo sostiene que el conocimiento se reduce a las percepciones y sus relaciones entre sí. En pocas palabras, no parte del hombre sino de lo que los demás perciben que es. Así, descartada su “humanidad”, se lo trata como un objeto. De hecho el hombre es el resultado de la educación que ha pesado y pesa permanentemente sobre él. El proceso educativo –que es precisamente lo que nutre sus potencialidades- es lo que autoriza a pensar que cada ser humano, cada comunidad es lo que se ha hecho con ella a lo largo del tiempo. Y eso, claro está es algo más que buenas maneras o buenos colegios: incluye el padecimiento de guerras, intereses económicos despiadados, colonizaciones criminales y mil “detalles” más, como por ejemplo políticos corruptos, ignorancia (y no precisamente la de saber dónde queda Cachemira, sino la otra, la de la penetración de textos por el análisis, de la comprensión de los símbolos; esa ignorancia que obliga a la gente a que el mensaje que recibe se base en lemas, y eslogans porque no pueden participar de otro modo en la relación simbólica de los demás; esa ignorancia que empuja a las personas a dejarse llevar por el demagogo, por las promesas imposibles de cumplir, por una visión del mundo simplificada... por la búsqueda de chivos expiatorios).

NO OBSTANTE HEMOS LLEGADO AL TERCER MILENIO Y MIENTRAS PROGRESA LA CIENCIA Y LA TÉCNICA, TODAVÍA NOS ENCONTRAMOS ANTE UN DEBATE ÉTICO, QUE SE MANIFIESTA DE MANERA POLÍTICA Y QUE TIENE EFECTOS ECONÓMICOS PROFUNDOS, POR SUPUESTO BASADO EN UNA ÉTICA SUPERIOR. ESA ÉTICA SUPERIOR SE SUSTENTA FALAZMENTE EN EL ANTAGONISMO ENTRE EL INTERÉS GENERAL (BIEN COMÚN O, MÁS RECIENTEMENTE, JUSTICIA SOCIAL) Y EL INTERÉS PRIVADO.
(C)
Por supuesto que no es así. El interés general o el bien común NUNCA DEBE postergar ningún interés personal. La única falacia es presentar un debate entre la ética y el progreso de la ciencia y la técnica. No hay debate posible, al menos en los términos que los presenta Ribas. Marchan por caminos separados. En todo caso la ética alertará sobre los males que produce el “techne“ si el interés privado afecta al interés común.
No existe tal ética superior, por lo menos en lo que se refiere a un supuesto antagonismo entre el interés general y el privado. Nadie habla de tal antagonismo salvo los neoliberales, que se han olvidado del hombre.

ES EN ESA CONCEPCIÓN SUBLIME QUE EL PLANTEO ÉTICO DE LA PROPIEDAD DE ROUSSEAU, SEGÚN EL CUAL “LA TIERRA NO ERA DE NADIE, Y LOS FRUTOS ERAN DE TODOS”, VUELVE AUN CUANDO SE OLVIDA QUE MIENTRAS SE APLICÓ ESE CRITERIO LAS TRIBUS ERAN NÓMADAS. LA AGRICULTURA COMENZÓ CUANDO SE RESPETARON LOS DERECHOS DE PROPIEDAD. LA REALIDAD ES QUE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO ASÍ COMO EL CRECIMIENTO POBLACIONAL SE INICIÓ HACE RELATIVAMENTE POCO TIEMPO, UNOS 300 AÑOS. FUE EL PROPIO KARL MARX QUIEN RECONOCIÓ QUE SU “ODIADA” BURGUESÍA EN SÓLO 100 AÑOS DE DOMINIO POLÍTICO HABÍA CREADO MÁS FUERZAS PRODUCTIVAS QUE TODAS LAS ANTERIORES GENERACIONES JUNTAS. PERO AL MISMO TIEMPO, IGNORÓ LA RAZÓN DE SER DE LA MISMA Y CREYÓ QUE ERA EL PRODUCTO DE LA RAZÓN EN LA HISTORIA. O SEA, HA SIDO LA ACEPTACIÓN ÉTICA DE LOS INTERESES PARTICULARES Y ASÍ COMO DE LA FALIBILIDAD HUMANA LA QUE DIO LUGAR A LA SOCIEDAD ABIERTA, DESMINTIENDO LAS PREDICCIONES APOCALÍPTICAS DE MALTHUS
(C)
Hace décadas que no oigo hablar de Malthus. Sería como discutir acerca de las virtudes (o vicios) de Felipe II. En eso, y en muchas otras cosas, los ingleses son admirables. No hay un solo inglés a quien se le ocurra discutir si Enrique VIII fue bueno o malo. En España todavía no hemos superado las discusiones que suscitan, por ejemplo, los Reyes Católicos (o Felipe II).

NO OBSTANTE SE INSISTE EN ESA NOCIÓN ÉTICA QUE HA DETERMINADO LA POBREZA DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO, AMÉN DE LOS TOTALITARISMOS QUE HAN AZOTADO A EUROPA EN EL SIGLO XX.

(C)
Tampoco es de coincidirse con este argumento; es falaz. No ha sido “esa noción ética” la que ha determinado la pobreza de los países en desarrollo. Y es precisamente en este punto en el que la divergencia es total. No se trata de que la natural tendencia del hombre a “acogerse a los beneficios del derecho a que se lo atienda y ayude”) ha terminado con los países que pudiendo haber sido ricos son sólo una miseria. Cuando hablamos “ut supra” de las colonizaciones, es innegable que –y pongo dos casos a modo de ejemplo- la pobreza del Perú se debió a que los ingleses se llevaron todo el guano que se amontonaba en sus costas. Ese guano era el principio de la riqueza a la que no pudo acceder Perú porque le arrancaron la infraestructura que lo habría llevado a un eventual desarrollo posterior. La Argentina es un caso mucho más patético. El reino Unido se llevó en el siglo IXX y hasta casi mediados del XX toda la lana, los cueros y la carne que procesaba en Inglaterra para luego vender , ya manufacturada, entre otros mercados, al Argentino (con lo cual daba trabajo y alimentaba a sus obreros en detrimento de los obreros argentinos , cuya dirigencia política, dicho sea de paso, abrazaba los intereses de los usurpadores) Más tarde , ya entrada la década del 90, el neoliberalismo menemista desmanteló sus industrias (el canciller argentino, Ditella decía que había que terminar con el cuento del petróleo y de las industrias básicas y aceptar que lo nuestro eran las vacas y el trigo; que lo demás se compraría afuera) El resultado del neoliberalismo en Argentina fue tan catastrófico que el mismo FMI llegó a decir que se les había ido la mano.

Esto no sería nada si no fuera que la pobreza de la Argentina que antes era sólo coyuntural y, en consecuencia, escasa, ahora ya es estructural: la Argentina no tiene dónde apoyarse para salir adelante. Y está clarísimo que con el trigo y con la carne no va a ningún lado: En Europa la producción está subvencionada al extremo de que hay excedentes cerealeros que se donan al África ¿Quién compraría trigo a la Argentina? El problema es especialmente grave si tenemos en cuenta que la pobreza estructural impide el crecimiento de la población. La universidad argentina, de las más prestigiosas hacia la década del sesenta, está vedada a la gran mayoría de la población, aunque sea gratuita y no tenga examen de ingreso. La educación, totalmente bastardeada, ha ido cediendo terreno descomponiéndose como el resto del país. ¿De dónde han de salir los profesionales que reencaminen al país? Ni hablar desnivel de catástrofe de sus politicos: ignotos de barrio bajo.

La respuesta a tantos males también la tiene el neoliberalismo: si esos países no supieron enfrentar sus dificultades, pues nada distinto puede haberles pasado; su pecado ha sido el proteccionismo y el estatismo. Si hubiera habido libertad no habría pasado eso

LA CONTRADICCIÓN A PRIORI ENTRE EL INTERÉS GENERAL FRENTE A LOS INTERESES PARTICULARES ES EL FUNDAMENTO ÉTICO DEL PODER POLÍTICO ABSOLUTO Y, POR CONSIGUIENTE, DE LA CORRUPCIÓN Y LA POBREZA. ES LA SEUDO ÉTICA DE QUE LA NECESIDAD GENERA DERECHOS, QUE EN LA PRÁCTICA SON PRIVILEGIOS OTORGADOS POR EL PODER POLÍTICO, AL TIEMPO QUE SE VIOLAN LOS DERECHOS INDIVIDUALES Y PARTICULARMENTE EL DERECHO DE PROPIEDAD.

(C)
La necesidad no genera derechos. Genera obligaciones en todos aquellos que la reconocemos, más allá de la imputabilidad que merezca el necesitado. Dicho esto analicemos el texto.

Es curioso que los neoliberales se digan democráticos y procedan como verdaderos totalitarios. El poder político absoluto lo ejercieron los liberales cuando gestaron y amañaron los golpes militares que los instalaban en primera fila en la exacción. La historia del liberalismo en Argentina es patética. Cuando hacia mediados de la década del 50 derrocan a Perón, comienza la carrera hacia la destrucción. No es que Perón hubiera salvado a la Argentina. Es uno de los principales responsables de su desgracia. Pero fue, sí, la excusa para que los militares se hicieran con el gobierno y comenzara la carrera por el liberalismo económico. La siguiente posta fue con el golpe de un militar devoto de la virgen de Luján, un tal Onganía, que puso de ministro de economía a Krieger Vasena, que comenzó con el remate del país (con la anuencia de los liberales argentinos que no podían creer que les fuera tan bien). Más tarde, otro golpe militar, ahora el de Videla, un oligofrénico sin remedio, puso a Martínez de Hoz, el segundo de un tríptico que jugó la “plata –léase dinero- dulce”, endeudando al país hasta límites insospechados para entonces (1978). El tercero fue un tal Cavallo, que le puso el sello a la entrega definitiva. Esto sucedió en la década del 90, durante la presidencia de Menem.
No es extraño que la Argentina en este momento, octubre del 2005 esté en manos de una turba que corta los caminos; de unos políticos –peronistas, ellos- que negocian con la turba y con el FMI, que se mueran alrededor de 60 niños desnutridos por día por enfermedades no letales , que los tribunales de justicia lleven 100 días continuados de huelga sin aparente solución; que los hospitales estén en la ruina, que la educación sea una calamidad, que la seguridad esté en manos de bandidos y que el otrora “Ejército de los Andes” sea una panda sin destino.

ESTA FALACIA ÉTICA ES RECOGIDA EN EL ARTÍCULO 25 DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, QUE DICE: “TODA PERSONA TIENE DERECHO A UN NIVEL DE VIDA ADECUADO QUE LE ASEGURE, ASÍ COMO A SU FAMILIA, LA SALUD Y EL BIENESTAR, Y EN ESPECIAL LA ALIMENTACIÓN, EL VESTIDO, LA VIVIENDA, Y LA ASISTENCIA MÉDICA Y LOS SERVICIOS SOCIALES NECESARIOS...”.

(C)
Acaso el artículo de marras tendría que haber sido redactado de otra manera, a saber.

"Toda persona tiene obligación de prestar apoyo al que necesita, favoreciendo en él un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, y la asistencia médica y los servicios sociales necesarios...”.

AHORA LA SALUD SE PRETENDE INCORPORAR COMO UN DERECHO HUMANO, CUANDO ÉSTA HA SIDO EN REALIDAD EL PRODUCTO DE LA RIQUEZA.
(C)
Es de justicia y de nobleza que todos los hombres lleguemos a un estado de salud que nos permita acompañar a nuestros hijos en su crecimiento, a nuestros viejos en su bienestar y a nosotros mismos en el goce de nuestra obra.
EN LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS, LA POBLACIÓN SE HA MULTIPLICADO POR SEIS, EN TANTO QUE LA EXPECTATIVA DE VIDA EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS SUPERA HOY LOS 80 AÑOS. ES EVIDENTE QUE LA SALUD ES UN SUBPRODUCTO DE LA RIQUEZA, Y ÉSTA, DE LA SEGURIDAD JURÍDICA DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD. Y PARTICULARMENTE DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL, QUE SERÍA LA PROPIEDAD POR ANTONOMASIA, PUES DE ELLA RESULTA UN BIEN QUE NO EXISTÍA EN LA NATURALEZA.
(C)
Me hace sentir muy mal leer que la propiedad pueda más que mi vocación por ayudar al que necesita. Y que se diga impunemente, peor.
AHORA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) VUELVE SOBRE LA SEUDO ÉTICA DEL DERECHO A LA SALUD. ASÍ LA RESPONSABILIDAD DE LOS PAÍSES RICOS SERÍA LA DE FACILITARLA A LOS POBRES, Y TAL OBLIGACIÓN SE SUSTENTA EN DESMEDRO PRECISAMENTE DE LOS DERECHOS DE PATENTE DE LOS MEDICAMENTOS, QUE HAN SIDO DE MANERA INDUDABLE LOS DETERMINANTES DEL EVIDENTE PROGRESO DE LA SALUD EN EL MUNDO.
(C)
Entiendo que se pueda pensar a sí. Seguramente se trata de un pensamiento que brota  de un afecto enfermizo. Pero lo que no entiendo es que el pudor no frene su exteriorización.
LA RECIENTE CUMBRE DE LA OMS EN MÉXICO PROPUSO ALTERNATIVAS A LOS DERECHOS DE PROPIEDAD PARA DIRIGIR LA INNOVACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN HACIA LAS ENFERMEDADES TROPICALES. MÁS ALLÁ DE SI EN LA ACTUALIDAD ESTÁN DISPONIBLES REMEDIOS PARA LAS MISMAS, QUE PRECISAMENTE NO ESTÁN AL ALCANCE DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO, LA SUSTITUCIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA POR LA BUROCRACIA HA SIDO LA MAYOR CAUSA DE LA POBREZA Y ÉSTA DE LAS ENFERMEDADES.
(C)
Pretender  que la burocracia ha sido la mayor causa de la pobreza y ésta de las enfermedades es, cuanto menos, mirar para otro lado.

Referencias
 Lista de autores y artículos neoliberales
Busque RIBAS, Armando y seleccione “La salud no es un derecho”; artículo completo
Busque AZNAR, José María y seleccione “A los amigos de la libertad”; artículo completo

Fundación Emilia María Trevisi

¡FAVOREZCA UN CAMBIO EN LA EDUCACIÓN!
               

      La Fundación Emilia María Trevisi nació con el propósito de poner en acto el hecho educativo en un afán por instalar en la sociedad personas plenamente vitales, afectivamente entregadas a los demás, dueñas de su voluntad, de sus afectos, de su libertad y de su inteligencia.

     Nos avalan muchos años de trabajo, durante los cuales hemos unido voluntades, establecido relaciones con lo más granado de la intelectualidad de varios países de Europa y Sudamérica y preparado material educativo sustentado en las nuevas tecnologías. 

     Somos conscientes de que nuestra pretensión no es baladí, pues contamos con la inestimable ayuda de personas y entidades relacionadas con el mundo educativo y el de la cultura  que nos apoyan.

ctrevisi@fundacionemiliamariatrevisi.com







No hay comentarios:

Publicar un comentario