martes, 2 de agosto de 2016

EL TERRORISMO Y LOS MIGRANTES


Carlos A. Trevisi

EL TEMA  del terrorismo -cómo no, el yihadismo- es moneda corriente en Europa. El último atentado hace apenas unas 48 horas en Niza ha dado lugar a conclusiones que lo abordan en un nivel tan bajo que muestra la incapacidad o el sometimiento –o ambas cosas- de los que tendrían que velar por los valores ancestrales que encierra NUESTRO VIEJO Y CANSADO CONTINENTE.
Abundar en detalles sería innecesario; no así en los conceptos de la más variada índole emitidos por tertulianos que se sientan a divagar sus ignorancias con un ataque frontal al islamismo.
Uno de los puntos que se abordan respecto de las causas más profundas  que empujan a los terroristas a actuar –entre otras que me permito descartar porque eluden lo esencial- está la educación (¿Qué significa educar?)
En general no se hace alusión en las cansinas tertulias a las causas de la responsabilidad que se le endilga al hecho educativo sino genéricamente. Se destaca que Europa no vio con claridad que a los millones de inmigrantes que la pueblan no se les prestó la debida atención para integrarlos, vano intento porque desde su misma génesis no se contempló su imposibilidad. La idea de integración no responde a las necesidades del migrante; en parte porque no es posible hacerlo a corto plazo –y me refiero a las últimas décadas cuando comenzaron los movimientos migratorios; no basta con una generación para tales logros aunque sobren motivos en la mayoría de la población española para repudiarlos: por ser sudacas, moros o europeos del este.
El Reino Unido jamás pensó en un proceso de tal tenor porque siempre ha entendido que no es posible integrar al “diferente”. Optó, en cambio, por ofrecer condiciones de “asimilación”: un inmigrante asimilado goza de los derechos del nativo. Esto no significa que gocen de su afecto. Para el nativo británico el inmigrante no existe; lo aceptan con indiferencia y solo porque sirve a la comunidad en la que se ha instalado. La asimilación no exige de una educación especial; es la misma que reciben los niños y jóvenes británicos. Los que tienen éxito en sus estudios o muestran capacidades superiores se incorporan a la comunidad como profesionales; los que fracasan, por falta de capacidad pero no por discriminación, asumen roles de servicios menores: taxistas, albañiles y dependientes de tienda por ejemplo. Así, el asimilado vive su propia vida, mantiene sus costumbres, nadie lo acosa y si bien su relación para con los nativos es distante convive sin dificultad. Mi experiencia personal me dice que es así. Durante mi estada en Londres hablé con inmigrantes que prestan el  tipo de servicios “menores” a los que aludo “ut supra”: un taxista colombiano, una empleada de tienda China y un albañil musulmán fueron mis fuentes. Coincidieron todos ellos en que las diferencias que tienen con los británicos son abismales, pero la convivencia no se ve perturbada por ello. Viven su cultura sin ser molestados por los nativos por los que no tienen especial aprecio pero reconocen como convivibles.
El descalabro que vive Europa ha roto con una paz que bien podría haber sido duradera entre nativos y migrantes. Llama la atención ver cómo en las tertulias  se fundamente tanta inseguridad  a partir de las ideologías de los tertulianos o de los medios para los que trabajan. Ninguno de ellos apela a un ideario que facilite la puesta en común que contemple que se puede convivir cualquiera sea la cultura a la que pertenecen los “intrusos”.
Un tal Maruhenda, director del periódico LA RAZÓN, presenta un caso especialmente significativo, aunque es de decirse que no lo es menos el de Inda, otro de la especie. Tienen en común una mordacidad que no es afín con lo que el televidente espera a menos que se trate de personas ideológicamente relacionadas con el discurso ríspido del PP. Se podrá decir que es “lo que hay” aunque Cristina Pardo rompe el esquema de la baratura. Esta joven periodista es de lo más destacado que  ofrece la profesión:  Inteligente, astuta, rápida y siempre sonriente "maneja" a sus entrevistados con una soltura digna de encomio: pega por igual a unos y otros. Es prácticamente la única periodista que antepone el ideario común a la ideología. (https://twitter.com/cristina_pardo?ref_src=twsrc%5Etfw).
No menos preciso en sus apreciaciones es el periódico “el diario” http://www.eldiario.es/ cuyo director reúne además de las virtudes profesionales que exige la profesión, gran respeto por la audiencia y solo alguna que otra sonrisa ante las escasas virtudes de algunos de sus colegas.
Los procesos de cambio llevan tiempo especialmente en el ámbito de lo educativo: más tiempo del que requerirían otras actividades. En España debería crearse la necesidad de que el enfoque educativo contemple una actitud reflexiva que impulse a la disciplina y al esfuerzo en el logro del conocimiento antes bien que a la obediencia que impone una forma de vida atada al sálvese quien pueda, al egoísmo, que anula cualquier intento de forjar una puesta en común, el encuentro con los demás, la tolerancia y el afán de compartir con los más necesitados. No saben, no pueden, no entienden –acaso no quieran- que hay que imponer una propuesta que aliente preceptos de convivencia propios de la naturaleza humana; esos que han caído en desuso, tal como lo demuestran las atrocidades a las que Europa ha condenado a los cientos de miles de refugiados.  
No soy periodista, no dependo de nadie, nadie me paga un sueldo y acaso por eso mismo me permito decir sin condicionamiento alguno lo que mi libertad de conciencia me autoriza y no aquélla que me impone la idea de que mi libertad termina donde comienza la de los demás (ejemplo palpable “la ley mordaza” que impuso el partido  de Rajoy. De ahí que me permita manifestar abiertamente que la educación antediluviana que reciben nuestros jóvenes es producto de un sistema regido por los verdaderos poderes que manejan nuestra vida.
De más estaría decir lo que significa educar si no fuera porque persiste la idea de tirar por la cabeza de niños, adolecentes y ciudadanía en general información que es poco significativa: resolver el binomio suma al cuadrado [(a+b)2] con la excusa de que sirve para aprender a pensar o que Felipe II se casó 4 veces y que tenía gota, pero omitiendo, claro,  que los Grimaldi, grandes prestamistas de entonces le financiaron la guerra de Flandes y viven ahora del casino más fastuoso de Europa. Una “educación” que se limita a informar no da cabida ni a la integración ni a la asimilación del “diferente”. ¿Qué puede interesar a un extraño a nuestra cultura quién era Felipe II, los Grimaldi o el binomio suma si solo se suministran como información prescindiendo de los valores que nos identifican con el “extraño” por ser propios de nuestra naturaleza humana? ¿O a nuestros chicos y adultos fanatizados por el fútbol o la diversión? ¿Es que acaso no estamos todos potenciados para amar, para pensar, para luchar por la libertad o solo para trivializar una vida corrosiva como la que sobrellevan 4 millones de españoles? ¿Por qué entonces no apelamos a lo actitudinal, a poner en marcha las potencias que tenemos en común para desarrollar nuestra imaginación, nuestro espíritu investigador, ese que le permite a un campesino analfabeto recrear sus recursos técnicos a partir de sus propias experiencias aunque no sepa cuál es la capital de Dinamarca ni dónde queda la Patagonia, y al empresario a ganar dinero sin expoliar a sus trabajadores?
La respuesta es que el sistema nos somete a la parálisis propia de un bloqueo que nos aletarga, que no nos permite ser en los demás, ni estar en ellos para compartir un espacio común. De tales carencias nacen los enfrenamientos de la comunidad hispana y con los migrantes. Acaso no sea suficiente mi propia experiencia pero mi apertura hacia los demás ha recibido “elogios”, si así se puede llamar a lo que me dijo una vecina no bien nos instalamos en Guadarrama hace 20 años. “No vas a tener problemas en España porque no tienes el biotipo  sudaca; pareces europeo“.
En pocas palabras ¿cómo se nos puede ocurrir hablar de integración –incluso de asimilación- si apenas hemos aprendido a ponernos en común entre nosotros, si nuestra educación es alienante, si los políticos, aún siendo inteligentes son ignorantes que se “la” creen sin tener ideas creativas, si está todo patas arriba y no le interesa a nadie más allá de rimbombantes declaraciones que llegado el momento carecen de fundamento?
Eso es lo que hay.
Carlos A Trevisi (CAT), Fundación Emilia Mª Trevisi

NB
Me he permitido abundar en el tema de la educación apelando a la hemeroteca de la Fundación Emilia Mª Trevisi. Os invito a que visitéis algunos artículos que hacen referencia a lo expuesto “ut supra”

Adolescentes con depresión y estrés Por: José A. Rodríguez

Desde el Altiplano del Lago Titicaca: Experiencia educativa para enfrentar las exigencias de la aldea global, Por: Julio Eduardo Torres Pallara (Desde Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

 El Quijote y la educación intercultural
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Por HÉCTOR ILLUECA Y ADORACIÓN GUAMÁN

El profesor no puede limitarse a transmitir conocimiento (DATOS). Tiene que instruir sobre cómo encontrar o redistribuir la información.
Pegado de <http://elpais.com/>

Los diferentes
Corto metraje con profundo sentido pedagógico que apela a las capacidades que tenemos los seres humanos más allá de la aceptación social que este mundo de la diversión juzga como "normal".

  "El Circo de la Mariposa"   Subtitulado al Español 1ª Parte     
  "El Circo de la Mariposa"   Subtitulado al Español 2ª Parte   

      Transformar nuestras potencias en actitudes.
      Nacemos individuos: uno idéntico a todos los demás de la especie, para ser  personas: uno en nosotros mismos distinto a todos los demás.

 Novedades respecto de la capacitación de docentes de institutos.
 Fuera con el esmirriado Cursillo de Capacitación Pedagógica (CAP)
          
 No se pueden seguir enseñando contenidos. Hay que abrir la puerta de la imaginación, de la investigación. Hay que formar a los chicos para la creación, para que desarrollen actitudes.


Mario Vargas Llosa
(© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2011. © Mario Vargas Llosa, 2011.)

Nicholas Carr estudió Literatura en Dartmouth College y en la Universidad de Harvard y todo indica que fue en su juventud un voraz lector. Desde que lo atrapó el ordenador, así cuenta su desdicha: "Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un esfuerzo". 

El progreso, por Carlos A. Trevisi
Pertenezco  a una generación “sándwich”. Mis padres nacieron con la radio de galena; el mundo, a mi nacimiento, me obsequió con la radio de lámparas y un sistema telefónico que dio comienzo al desempleo –eliminó a la telefonista que preguntaba, indiferente, “¿Número?” cuando querías llamar a tu  abuelo para que te llevara con él a Mar del Plata; y a mis hijos, los más obsequiados, les regaló todo lo que uno se pueda imaginar –y más- en un aparatito de plástico que llevas en el bolsillo –yo también lo llevo, claro- y gracias al cual te comunicas estés donde estuvieres  [...]

Imaginación a la escuela: TRABAJOS DE PROYECTO (CAT)

Educación y futuro
Por: Álvaro Cuadra (especial para ARGENPRESS.info)

Estados Unidos: Adiós a la educación pública
Por: Alberto Ampuero (especial para ARGENPRESS.info)

Fuera de lugar
, Por Amador Fernández-Savater
“Como naúfragos a la deriva” Los lazos sociales que establecemos resultan cada vez más inestables, débiles y heterogéneos. Toda experiencia compartida se despliega hoy sobre un fondo de contingencia, fragilidad e incertidumbre. La hipótesis de la dispersión trata de hacer legible ese nuevo fondo de lo social.

La ignorancia domina en EE.UU.: afecta a los ricos así como a los pobres, a los poderosos y a los carentes de poder, a los famosos así como a los poco conocidos. Prevalece en las salas de los directores ejecutivos de la nación, en el Congreso, en las fuerzas armadas, e incluso en nuestras universidades. La ignorancia define a esta nación. 

      Cada lugar se corresponde con un momento de nuestra existencia. El lugar es nuestro "aquí", con su carga de afectos, anécdotas, épica, usos y costumbres; con sus senderos serranos; con su estación de ferrocarril, iglesia, escuela y cementerio; con el tendero de la esquina, el borrachín; el policía; el fútbol, la bicicleta, las luminarias de la calle principal; la plaza de toros; las fiestas locales...
Sin embargo, ese "aquí", lo más probable, es que "mañana"
 ...

Elige cuál prefieres.
Terminemos con el enseñar.

Educarse ya no es sólo tomar conocimiento de datos que archivos mejores que el cerebro humano clasifican a la perfección. Es manejar la información críticamente para elaborar estrategias que favorezcan la toma de decisiones, que nos otorguen autonomía, que allanen nuestro camino a la cooperación, a la solidaridad y a la participación. (“Las personas aprendemos no porque se nos transmita, sino porque construimos nuestra versión personal de la información. Si cambiamos la forma de educar a los niños, es decir de enfrentarlos con la vida, quizá cambiaremos el mundo”, Rita Levi - Montalcini, “Tiempos de cambios”).

     Nadie va a descubrir aquello para lo que no está capacitado, aunque sí, todos los seres humanos estamos en condiciones de apreciar la belleza, distinguir la verdad y mil cosas más que no necesariamente exigen de nosotros ser artistas ni filósofos. Yo no tengo el talento de Borges, pero lo entiendo. Esos valores están al alcance de todos pues su aprehensión no sólo es inteligente sino también emotiva. Piense en la Cueva de Altamira. Olvídese de sus artistas y piense en el “público” que contemplaba las pinturas rupestres de la cueva. Yo me los imagino toscos, llenos de pelos, sucios y olorosos, pero también extasiados. (Ver Cultura y Civilización, (CAT)

     España debe aspirar a un sistema educativo al que nada le sea ajeno; tiene que abarcar todas las variables. A diferencia del actual que es rígido, impenetrable y al que le es ajeno nada menos que la realidad, el nuevo tiene que ser homeostático, en permanente equilibrio, abierto, amplio, crítico, dialógico...
50. Archivos analíticos de políticas educativas.

        Entrevista a Daniel Pennac por Octavi Martí.
        Mal de escuela podría ser un libro sobre la enseñanza, los problemas de la enseñanza, un ensayo, pero no es eso porque "estadísticamente todo se explica, personalmente todo se complica". Y Pennac habla de él, del cancre Pennac y de los cancres que ha conocido cuando, luego, él pasó a ser profesor. "No hay nada más emocionante que ver cómo un chaval descubre que la memoria no es cuestión de acumulación". No le gusta hablar de la crisis de la enseñanza. No se trata de negar los problemas pero sí de evitar las generalizaciones. "Todo puede resumirse en esa frase mil veces repetida que afirma que el alumno carece de bases sólidas. ¡Es lo mismo que decir que la culpa no es mía! El profesor de primaria se queja de la guardería y de que los padres no educan a los hijos, pero el de secundaria cree que el de primaria no ha hecho bien su trabajo. Cuando aprueban por fin el bachillerato siguen sin tener buenos cimientos y los catedráticos de universidad se quejan de cómo les llegan los alumnos a las aulas. Los padres creen que la culpa es de los profesores, éstos arremeten contra el ministerio, que se queja del Mayo del 68 o de lo que haga falta. ¡La culpa siempre es de los otros!

El punto de partida para intentar alcanzar un Pacto de Estado de Educación resulta, en principio, esperanzador. Tras la primera reunión entre el ministro Ángel  Gabilondo y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, socialistas y populares ven "viable" el acuerdo. El pacto educativo arranca con materias pendientes


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