domingo, 26 de abril de 2015

ALGUNAS REFLEXIONES

por Carlos A. Trevisi

Percibir, pensar, reflexionar, conocer, saber.
Percibir la realidad es incorporar  una imagen incompleta, pero imagen al fin  de lo que en verdad es.
Se piensa cuando asociamos esa realidad a otras realidades que también hemos pensado.
Reflexionamos cuando la asociación de realidades  nos permite sacar conclusiones aplicables a la nueva realidad que nosotros mismos vamos creando.
Aprehendemos esa nueva realidad y desarrollamos una estrategia que la integra con otras realidades de su misma categoría. Es entonces cuando penetramos el conocimiento. Se trata de nuevas realidades, cada vez más complejas que avanzan  sobre nosotros por un camino cada vez más arborescente: la sabiduría.

Es así como asumimos nuestra  precariedad y nuestra grandeza: la complejidad de una  realidad inconmensurable que nos envuelve, que se apodera de nosotros y no nos abandona nunca más: Hemos llegado al sólo sé que no sé nada.  

Atados a la estupidez

Es espeluznante ver a miles  de jóvenes a la espera de que la televisión los impulse al estrellato. Es penoso verlos dispuestos  a "regalar" sus  vidas, a ponerlas en manos de los piratas del oportunismo sólo porque no saben qué hacer, porque no tienen un proyecto propio que los empuje a la realización de legítimas aspiraciones  por las que sentirse obligados. Han perdido la esperanza. Su "sindestino”  los ata a la ilusión.


La ley y la justicia

La ley tiene más que ver con el orden que con la justicia.
De niño me llamaba la atención que una característica telefónica de Buenos Aires fuera “Buen orden”. La telefónica era inglesa.
De grande descubrí que los tribunales  que nosotros llamamos de “justicia” en Inglaterra se llaman de “la ley”: Se habla de “Law Courts”: “cortes de leyes”; no hablan de “Cortes de Justicia”. Los ingleses no se mienten.


Enrique VIII condenó a Tomás Moro a muerte en nombre de la ley.  Por misericordia y en justicia, por los méritos que le reconocía, impidió que lo arrastraran por los caminos atado a un carro y se lo destripara, como era el uso; pero lo hizo ejecutar: “dura lex”. 

La lucha

La lucha es ardua: todo es opinión transformada en certeza.
Vivimos agobiados por una hipocresía que enturbia la realidad.
Si te rebelas eres un loco.
Si lo aceptas y  entras en el juego  te aniquilan porque vivimos circunstancias en las que muy pocos superan aquello de "uno idéntico a todos los demás" propio de individuos pero no de personas.
Así, La relación termina en un  desencuentro inevitable.
Nada de lo que digas será aceptado porque se niega la alteridad entre lo que piensas y sientes y lo que en realidad estás obligado a ser: un falsario que anuda medias verdades para sobrevivir.
El Quijote  donde nos hace ver que el único éxito radica en encontrar compañeros de lucha y lo verdaderamente importante es el camino que emprendemos para lograrlo.


La policía

La Guardia Civil detuvo un coche porque su conductor no llevaba el cinturón de seguridad abrochado. El conductor demostró que pertenecía  a la Policía Nacional y dijo estar persiguiendo a un malhechor.  El agente de la Guardia Civil no le permitió seguir y, aplicando la ley le hizo una boleta de infracción. El delincuente se escapó.
Un policía inglés lo habría autorizado a seguir, pero  en cumplimiento de su deber le habría aplicado una multa. 

No puede ser policía un  hombre que no tiene capacidad crítica para interpretar las circunstancias en que se deja de cumplir con la ley; carece de método, una de las operaciones mentales discernibles como percepción, juicio, abstracción e imaginación, siendo esta última la facultad por la cual cierto número de ideas abstractas se combinan, mezclan, unen en una sola imagen.
Coleridge dice que hay dos extremos que rompen el equilibrio del método. La pasión indiscriminada, consecuencia de la pasividad y la reflexión y  generalización excesivas. El primero engendra la confusión y el segundo la exuberancia. El primero es más grave por su tendencia a oponerse a toda corrección. Si la intención del método es siempre llegar a la verdad por esta vía se obstruye el camino; se opone enteramente al método. (El concepto del método, Justus Buchler, Nova, Buenos Aires, 1961)



Ser decente

Se es decente cuando con nuestros actos no invadimos ni la privacidad ni  la intimidad de los demás.  Ni aún en la relación más fecunda, aquella que desemboca en  encuentro, podemos permitirnos irrumpir en los adentros de nadie.
Sin embargo es un agravio a la comunidad y una indecencia no adentrarse en la vida pública de aquellos a los que la ciudadanía otorga mandato para administrar lo que es de todos.

Grecia y Roma

Los griegos buscaron la verdad. Los romanos legislaron para que la mentira tuviera patas cortas y apelaron a la religión católica para  darle marco: si obedecemos la ley nos encaminamos a la verdad.
La verdad nos libera. La ley nos asfixia. La religión nos salva.
Un plan perfecto.

Aprender a hablar

Cuando mi hijo de dos años empezó a hablar decía: “El nene tiene hambre”. Le expliqué que tenía que usar el pronombre  personal de 1ª. persona singular y la correspondiente inflexión del verbo.
Aprendió a hablar bien. Me reconfortó el éxito.
Cuando empecé a  enseñar inglés les decía mis alumnos: “Para expresar una acción  que tiene lugar en el mismo momento que se manifiesta hay que usar el presente continuo y para expresar una idea en pasado, el pasado simple; claro que  siempre que se trate de  un pasado terminado porque de no ser así hay que usar el pasado continuo”. Les daba la tabla de verbos irregulares para que aprendieran los pasados y les enseñé “was” y ”were” + un verbo en “ing”.
Nunca aprendieron a hablar. ¡Qué brutos!, ¿no?

Un pobre infeliz

Se asume la libertad desde la conciencia y no desde la ley.
La seguridad desde el miedo.
La prudencia desde la libertad.
La elección desde la reflexión.
El cambio desde el conocimiento y la acción.
El crecimiento desde la libertad, la libre elección, la prudencia y un afán de cambio  constante.
El que no tiene conciencia de libertad, el que aspira a la seguridad, el que elige desde el mero pensamiento, el que teme el cambio, el que no pone en acto su vida está de visita en el mundo.

La eternidad

El tiempo se devora el espacio. El tiempo es efímero. El espacio es permanente hasta que se lo lleva el tiempo. Dice Doris Lessing: “…Y al adoptar el tiempo los atributos del espacio…”  se acaba la eternidad, ineludiblemente atada al espacio,  concluimos nosotros; por eso todo es efímero. El tiempo nos devora porque al no estar en ninguna parte no somos. Poco  a poco nos vamos quedando solos, y  vacíos, porque uno “es” a partir de los demás y los demás no están en ninguna parte”.

La trascendencia

La trascendencia del hombre se emparenta con su condición de "persona" creadora, elaborada en la serenidad, el afecto, la libertad y la exigencia, con visión clara de sí misma y del mundo como para  insertarse en él y dejar su sello; tales hombres  aspiran a la felicidad.

La intrascendencia del hombre se emparenta con un inagotable afán de prestigio e insaciable búsqueda de seguridad y éxito; tales hombres, anodinos, sobreviven atados a la violencia, al servilismo, a la complacencia y a la frialdad.


El hombre

El hombre es una totalidad en permanente elaboración. Aunque asintótica en los logros, esa totalidad "vivant" es la única verdadera garantía de libertad. Por eso el sistema hace lo posible por fracturarla. Cualquiera sea la condición socioeconómica que padezcamos (la miseria más rampante o la escasez más vergonzante), o la que alcancemos (una abundancia esclavizante o la riqueza más exuberante), nuestras vidas se difuminan en una intrascendencia de la que ni siquiera alcanzamos a tomar conciencia.

La democracia y sus circunstancias

La democracia está acabada. El poder ya no radica en la gente sino en el capital. El capital maneja los medios de comunicación social y usa a los políticos como sus comisarios. El liberalismo de Adam Smith ha derivado hacia lo que ahora se denomina neoliberalismo. Si el economista inglés despertara… 
Sigamos intentándolo. Vale la pena.


La vejez

Es en la vejez  donde se juntan el tiempo y el espacio; cuando en un recodo del camino, un día cualquiera, comenzamos a deslizarnos hacia la nada.
Sonreiremos si nuestra vida ha sido más pródiga en actos que en testimonios; si acaudalamos vivencias ricas en afectos; si hemos tenido con quien compartir nuestros proyectos; si perduramos en aquellos que nos vieron; si hemos amado y nos hemos dejado amar; si hemos sido en los demás; si hemos llegado a ver semejanzas cuando nos aturdían las diferencias. Si hemos acompañado a los pobres; a los homosexuales; a los desgraciados y a los que nos han necesitado.
Si hemos sido valientes para poner a los canallas en su lugar.


Belén Esteban

Sin comentarios, como no sea que me da una profunda tristeza.

Coca Cola

2175 estudiantes chinos han establecido un record mundial al abrir simultáneamente sendas botellas de Coca Cola que previamente agitadas conformaron la fuente más grande del mundo.
¡Qué bien!,¿no? Hay que j...!


¿Se anima a poner un banco?

Un tal Francisco González, que si no fuera porque es el presidente del BBVA, sería apenas "el Paco" de la taberna de la equina, cuando se jubile cobrará 80 millones de euros. El año pasado cobró en concepto de sueldos  5,3 millones. Pese al escándalo moral que significan ambas cantidades el susodicho banquero se mostró muy orgulloso de sus altos emolumentos. Le quedó tiempo para decir al personal del banco que debería sentirse orgulloso de poder llegar a fin de mes y de trabajar en un banco que les asegura el pago de la nómina todos los meses (algo así como un "no te quejes, que al fin y al cabo, gracias a mi, comes a diario")


"¡Es que no sabemos que hacer con el niño, Señor Juez!"

Una vez más, ante la agresión sexual a la que 3 menores, casi niños -que no es lo mismo 17 años que 13 o 12- sometieron a una púber, se alborota el avispero. Que si se impone bajar la edad para poder imputarlos, que si 13 años, que si 17, que si los metemos presos como si tuvieran 25...  Esto me recuerda a un comentario que hiciera Savater en una entrevista que concedió a la Fundación Emilia Mª Trevisi: "los padres no pueden con un hijo y pretenden que el estado pueda con millones de ellos". 

http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/entrevista%20savater%20no%20video.htm
VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=yKhzrlcceAw

Acerca  de los políticos
¿USTED SABE A QUIÉN ESTÁ ELIGIENDO?

Cuando Groucho Marx decía que él no podía pertenecer a un club que lo aceptara como socio decía mucho. Un alcalde ha admitido y hasta promocionado que el prostíbulo de su pueblo, la empresa más importante que anida en tan bendito lugar, ponga su propaganda en la camiseta de los chicos que juegan al fútbol representando al pueblo. ¡Ay!

Insolentes


No bien terminó el Debate sobre la Nación , olvidando el catastrofismo que habían anunciado en la Cámara -desde un "estamos perdidos"  hasta "Zapatero no sabe lo que hace"-, varios diputados se asomaron a la puerta del congreso vistiendo la camiseta del Barza que esa misma tarde accedería a un nuevo logro: salir campeón de la liga de fútbol. Abrazados a los leones que guarnecen el recinto agitaban sus brazos con gran entusiasmo.

Aunque no lo crea

Argentina: Un diputado presentó un proyecto de ley ante el Congreso Nacional  para instituir como Día Nacional de la Parrilla el primer domingo de octubre.

Un tal Trillo, Ministro de Defensa

Trillo en una formación militar en El Salvador termina su discurso saludando con un “Viva Honduras” a voz en pecho. Una prueba manifiesta del desinterés y desprecio de los conservadores -de todo el mundo, no sólo de España.
La  infelicidad de todos los capitostes del Ejército de El Salvador que ante el saludo de Trillo repiten al unísono sus palabras, "Viva Honduras", avergüenza doblemente.  Primero porque demuestran que son unos invertebrados que en cuanto les cambian la letra, al no saber qué hacer, optan por seguir las formas,  y segundo porque cuando ante la rectificación del español que ni sabía  en que país estaba, los mismos idiotas que habían repetido el "Viva Honduras" ahora, satisfechos y sonrientes gritan "Viva El Salvador". Y aquí no ha pasado nada. Seguramente si hubiera estado Chávez lo habría parado en seco al amigo Trillo por un desprecio irreconciliable con la delicadeza que exige el protocolo. (acaso como Menem, que había leído las novelas de Borges).

La legalización del derecho a abortar a los 16 años

   Me parece extraño que  16 años no alcancen para firmar el boletín de calificaciones de la ESO, ni para votar a un simple alcalde, ni para ver películas prohibidas a menores de 18 años, pero alcancen  para decidir  sobre su aborto. 

Disculpen lo simple del comentario pero lo hizo una señora del pueblo que esperaba conmigo un turno para ser asistida en el ambulatorio de Guadarrama. ¿Es tan simple el comentario? 

Acerca de la crueldad

La crueldad, como el mal –que la incluye y acaso por eso mismo está en nosotros- no nos es ajena ni puede decirse que sea ínsita del mundo. 
Francesca murió en 1992.En una carta dirigida a los padres explica: "Me habéis dado no sólo lo necesario sino también lo superfluo: pero no habéis sabido darme lo indispensable, por eso me quito la vida"

Siempre he creído que lo más miserable que se puede ser en la vida es acreedor perenne y vocacional, ese tipo de personas a las que siempre se les debe algo, los que están enfurruñados todo el día porque a ellos les toca un trozo más pequeño de la tarta, los que nunca reciben ese trato que creen merecer, los litigantes perpetuos que se llaman sin cesar a agravio. Odiosas se me hacen las personas que están convencidas  de que todos los demás estamos en deuda con ellas. [...] ¿Cómo puede alguien preocuparse del absoluto y portarse como un desgraciado con sus propios padres? Apenas puedo concebir tanta crueldad, tanta soberbia despiadada, tanto egoísmo por encima de cualquier consideración humana. [...] Espero que esa tía no exista, ya lo he dicho, pero de haber existido estoy seguro de que ella nunca se dio cuenta de que también existían los demás y eran tan reales como ella. Qué pena.


Compromiso con la vida

 Hay tanto para decir, son tantas las cosas que pasan en este mundo, que es un pecado dejarlas transcurrir, así, simplemente, como si nos fueran ajenas.
Tenemos que comprometernos con el mundo, asumirlo con entereza. El desafío es mayúsculo.
La impudicia se señorea como nunca antes.
Sin embargo,  al mismo tiempo  y como sin duda ha sido desde siempre, qué maravilla la sonrisa de un niño, su carita admirada ante un acto de magia, su descubrimiento de la lectura, su vitalidad... El renovado placer de recorrer un Louvre, un Orsay, un museo de Bellas Artes en Buenos Aires o el magnífico Museo del Prado, todos ellos habitados por generosas armonías... una sentada a la orilla del Sena, una charla con tu hijo, un reconocimiento a la mujer o al hombre que amas... Un partido de fútbol, los  flirteos con el balón, la emoción del gol... Un coche veloz, el mar...  Gente y más gente paseando por la ciudad, mirando escaparates, asidos de la mano, jóvenes devorándose de amor, la amistad... Dos viejos sentados a una puerta ordenando sus memorias antes de; una montaña, un río, un esquiador bajando por la ladera, una película, una obra de teatro, un concierto al aire libre, un libro, un cielo azul, una cena, un buen vino...  la muerte  espléndida de un hombre bueno.
Todas esas cosas tenemos que contarnos.

Concedámonos un respiro. 



¿Dónde vas sudaca?

“Vengo a buscar la vida”.
De baja estatura, ojos vivaces, achinados; pelo duro, recto; de piernas cortas, fuertes.
Y se vienen nomás. No sé ni cómo consiguen  los dólares para venir, pero se vienen. Y llenan el metro madrileño de carnavalitos y de melancolías andinas. Responden a la naturaleza: quieren ser.
Traen la frescura  del hombre nuevo. Del que no sabe, pero intuye, del que puede y no lo dejan; del que sufre pero sonríe.
Del conquistador.
Son un aire renovador, como el pampero, que riñe con el moho de la humedad instalada; un dinamismo que asalta y perturba la tranquilidad del que ha llegado, del que eructa la satisfacción de sus logros.
No todos se vienen. Muchos siguen allá. Pero no impávidos. Los que no pueden irse se quedan y pelean. Pelean contra los políticos mentirosos, partidócratas alcahuetes, que cuando asumen van a rezar al Machu Pichu vestidos de poncho, pero se visten de traje oscuro para ir a recibir el mandato  de otros dioses más exigentes, menos contemplativos, que se alzan en un olimpo de dineros y explotaciones, de mentiras y sometimientos.
Y entonces explota Arequipa.

Y el Machu Pichu sonrie desde su verdad permanente.

Nos vigilan

La gente no se da cuenta que los dos millones  de cámaras que espían a los londinenses en las calles no son para cuidarlos. Son un recurso más para inmovilizarlos en nombre de “su propia seguridad” (claro que se omite que en detrimento de su libertad). El poder necesita saber dónde está cada uno a cada momento; retiene los correos que enviamos vía e-mail por dos años; EEUU puede confiscar las cámaras fotográficas, ordenadores y demás aparatos de los viajeros que entran en el país por el riesgo que implican...
Un mundo que ha postergado las esencias de las personas al extremo de que ya ni las reconocemos,  ha impuesto la postergación de valores  esenciales peligrosos para el ejercicio del poder. 


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